A veces uno da la impresión de ser incrédulo respecto a las prioridades de las élites gobernantes y eso se ve como un comportamiento políticamente incorrecto.

Cuando a principios de año escribía aquí que la reforma en materia de transparencia estaría aterrizando en las entidades federativas hasta el 2015 ya que percibía que si bien nos iba el Congreso de la Unión estaría aprobando las leyes generales en la materia, en el segundo periodo de sesiones del presente año, que inició precisamente hace tres días, un amigo me digo que no había que ser pesimista y que seguro para abril o para mayo pasado ya estarían tales leyes.

Pues resulta que contrario a las cerezas (Los hermanos Carreón dixit) pues esas leyes no maduraron, cosa que se preveía ya que aparte del Mundial de futbol, estaban en el panorama por lo menos dos temas tan prioritarios como complejos y polémicos para nuestros legisladores y el titular del poder ejecutivo: las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones y las respectivas en materia energética.

Por eso es que nuevamente desde las organizaciones de la sociedad civil se ha retomado la exigencia a las diferentes fracciones parlamentarias, tanto en el Senado como en la cámara de diputados federal, de que contemplen (ni siquiera se les presiona para que le den prioridad, disculpen la insistencia) la aprobación de las leyes generales de acceso a la información, protección de datos personales y archivos en el presente periodo legislativo.

En un evento reciente incluso la presidenta del IFAI recordó que el plazo era el 15 de febrero de 2015, sin ningún talante de exigencia como considero que debería ser. Confío en que sí tengamos esas leyes antes de que concluya el año, porque si no, me asalta esa pregunta incómoda de cuántas veces nuestros legisladores se han pasado por alto las fechas que ellos mismos establecen, tan campantemente.

En su ponencia presentada en el Seminario Internacional de Transparencia Judicial 2013, titulada “Hacia una ley general del artículo 6 constitucional (acceso a la información, transparencia, archivos y datos personales)” el Dr. Sergio López Ayllón del CIDE, enfatiza que en una circunstancia similar en 2007, 20 entidades federativas expidieron o reformaron sus leyes dentro del plazo señalado en la reforma constitucional, 11 lo hicieron de manera extemporánea y el Congreso federal no cumplió”

Bueno pero no se trata de ser ave de mal agüero porque luego es molesta la frase esa de “te lo dije”.

Por lo que consideró que hay que invitar a la gente, sobre todo a los académicos y a los funcionarios y titulares de los órganos garantes a promover el conocimiento de las propuestas que ya se tienen y desde luego debatirlas.

Por ejemplo el Colectivo por la Transparencia, ha hecho pública ya una propuesta de ley general en materia de transparencia, entiendo que Oscar Guerra Ford habría entregado una cuando se presentó como aspirante a Comisionado del IFAI en el Senado y supondría que la COMAIP, desde su Comisión Jurídica, tendrá propuesta de las tres leyes.

Tienen que divulgarlas y en un momento dado promover su discusión.

Particularmente considero que la materialización de lo que se ha dado en llamar Sistema Nacional de Transparencia es una de las cuestiones más complejas. De hecho considero que se ha trivializado mucho en el discurso la idea. Al respecto escribí hace poco mi punto de vista de que la COMAIP tendría que ser la base o la plataforma para implementarlo, de hecho me parece que en sí misma ya funciona como si fuera tal sistema y lo que se necesita es formalizarlo y desde luego perfeccionar su funcionamiento. Pero es sólo una idea.

Por otro lado la propuesta del Colectivo por la Transparencia ya contempla dicho Sistema, aunque la verdad a mí como que no me gusta mucho. Siento que es muy rígido su diseño y por lo tanto difícil de esperar el dinamismo que tiene la COMAIP.

Asimismo creo que hay un verdadero reto en la incorporación de los nuevos sujetos obligados. Sindicatos, partidos políticos y poder legislativo y judicial principalmente.

Me pregunto y casi me respondo que no, si por ejemplo los tres nuevos partidos nacionales tienen en sus planes de trabajo cumplir con las leyes locales en la materia. Entendería y hasta me parece razonable que su prioridad es prepararse para obtener los votos suficientes en las elecciones federales del próximo año y mantener su registro.

Pero pues esperamos que nos “sorprendan” nuestros diputados y senadores y nos regalen tales leyes secundarias pronto.

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