El debate en las Comisiones Unidas del Senado de la República, estaba concluyendo ayer a media noche, con la participación del panista Javier Lozano, cuyos argumentos, si es que no toma uno en cuenta sus antecedentes como funcionario del gobierno de Calderón, serían convincentes. Exactamente lo mismo con su compañero Gil Zuart.

No fijándonos en lo irrespetuoso de su propia investidura, con su forma de conducir la sesión, Lozano sería el héroe de la incipiente democracia mexicana, porque lo que argumenta principalmente es que las leyes que se aprobarían son “mejores que las vigentes”. Siendo objetivos así parece ser y lo decimos sin considerarnos expertos, pero ya sólo eso faltaría que aprobaran leyes que no tuvieran avances.

El asunto es que la discusión de fondo no es qué tanto se avanza, sino por qué no se quiere cambiar el rumbo. Y la respuesta es sencilla, porque los intereses políticos y económicos imperantes en el legislativo mexicano, yo diría desde hace por lo menos un cuarto de siglo, son los de los más ricos de este país y no los de las mayorías pobres.

Lo que verdaderamente está en juego en lo que mañana aprobará el pleno del Senado y posteriormente en la cámara de diputados, es qué tan intactos en sus monopolios respectivos quedan por un lado Televisa y por el otro Telmex. Porque está visto que una buena parte de los legisladores del PAN y del PRI, a pesar de que digan lo contario, están a favor de que poco cambien las cosas en el sector.

Uno inclusive podría pensar que nuevamente habría que darles, otra vez, el beneficio de la duda, pero luego de la experiencia panista en el gobierno federal y los más de setenta años de Priato, eso rayaría en el masoquismo.

El caso es que, y sólo ateniéndonos a lo que la deficiente transmisión del Canal del Congreso nos permite escuchar directamente del debate, no se puede creer ya a panista y priistas que con estas leyes secundarias se “tendrá en los hogares mexicanos mejor servicio de internet y más barato”. No es realmente creíble. No les podemos creer ya.

Y entonces como principal medio de dominación ideológica, que siempre ha sido, Televisa y su comparsa TV Azteca, parecen fortalecerse. El homo videns, el ciudadano teledirigido como lo describe Giovanni Sartori se consolida como el habitante principal de nuestra raquítica democracia.

En el PRI y en el PAN saben que Azcarraga Jean, Salinas Priego y en un momento dado hasta Carlos Slim son sus aliados principales para mantenerse en el poder, enajenando a la gente, despolitizándola, sub y desinformándola, con una programación que no está pensada para que la gente mejore culturalmente hablando o se haga de información fidedigna que le permita tomar las mejores decisiones.

Está claro que al duopolio televisivo no le interesa que la gente lea más, por ejemplo; ya que si así fuera tendría más programas para promover la lectura, o ya por lo menos la misma cantidad, que aquellos dedicados al futbol o a las telenovelas.

Pero de eso no se dan cuenta en el PRI y en el PAN, o no quieren darse cuenta porque ello los beneficia. Los 25 votos a favor con que se avala en comisiones el dictamen de telecomunicaciones son la prueba fehaciente, frente a sólo 5 en contra; de que tendremos que seguir soportando el acoso diario de Televisa y TV Azteca dentro de la mayoría de las casas de este país en todos los rubros, desde la cursilería de sus programas de “reality” tipo Laura Bozo hasta el futbol. Bueno, hasta gente inteligente no acepta fácilmente la conexión de ese nocivo monopolio o duopolio con, valga el término ya que lo han puesto de moda, la preponderancia del América en la Liga MX. Y de cómo muchos no es que no reconozcan las virtudes de un jugador como Guillermo Ochoa al ser definido como titular en la portería de la selección mexicana en Brasil 2014, sino que les (nos) huele a Televisa y por lo tanto desconfiamos ya de una decisión objetiva del “piojo” Herrera.

Hace muchos años (unos 25 por lo menos), en la juventud del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) entonces liderada por el ahora importante periodista que es Roberto Zamarripa, recuerdo que en los encuentros nacionales que organizaba el CREA, se pedía radicalmente desde nuestro bando “expropiar televisa” y eso que todavía existía IMEVISIÓN, la televisión del Estado que vendió Salinas. Me pregunto ahora sí es que con propuestas realmente moderadas y realistas, como la que impulsa Javier Corral; el PRI, su propio partido el PAN y desde luego desde Televisa siguen viendo el afectarla, como una locura.

Pienso que sí. Porque en el fondo la demanda es la misma, no permitir que una empresa defina el rumbo del país, desde la imposición de su ideología con programas orientados a mantener dormidas a las masas.

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