Las sociedades no parecen distinguirse por el ascenso de una conciencia solidaria que haya generado expectativas para crear un mundo mejor. Por el contrario, se han significado por ser superfluas, utilitaristas, lejanas y ajenas, donde la atomización y el individualismo ciego, advierten un cisma de la razón.

Dominación, ignorancia, marginación y exclusión, han sido las anomias que generaron las “sociedades del progreso”, que con la protección del Estado a privilegios espurios de grupos de interés económico, político y cultural, ampliaron tácitamente la brecha histórica de desigualdad, innegable en nuestros días.

Pachuca, Ciudad del Conocimiento y la Cultura, es una iniciativa que incentiva el cambio de paradigmas del modelo de crecimiento y desarrollo económico de la entidad.

El proyecto impulsa un ecosistema de innovación y desarrollo tecnológico. Avanza articulando la participación de instituciones educativas, centros de investigación, organizaciones y empresas de alto valor agregado, generándole a la planta productiva, las condiciones de competitividad que exige el mercado globalizado.

Algunas variables que sustentan el diagnóstico del proyecto, son el creciente agotamiento de los recursos naturales, que determinaron por siglos las vocaciones productivas de las regiones hidalguenses; el impacto provocado por las externalidades negativas del desarrollo industrial, en la zona sur de la entidad; y el aumento de la demanda de productos y servicios de alta tecnología, a nivel global.

En este contexto, el Consejo Rector del proyecto, asumió el compromiso de transitar del modelo de triple hélice a un modelo que adiciona la participación social. Dicha determinación le obliga a consolidar una Sociedad del Conocimiento, que confirma el derecho de acceso universal y equitativo de las y los hidalguenses y a participar de los beneficios, habida cuenta de que el sector social, desarrolla un rol fundamental en la comunicación e interacción entre la academia, las empresas y el gobierno.

Esta condición es trascendente. Lo hace un proyecto extramuros, no circunscrito al espacio físico del parque; y fija el rol que deben jugar el gobierno, las empresas y las universidades.

Consolidar una Sociedad del Conocimiento demanda un salto cualitativo. Se requiere transitar hacia una Sociedad de la Información, para compartir, transferir y democratizar el conocimiento; estimular la capacidad creativa de los sujetos sociales; orientar y afianzar las condiciones de productividad; y trasladar del conocimiento científico, y del capital intelectual, las herramientas para dinamizar el capital productivo para el crecimiento y desarrollo económico.

Esta transición de paradigmas implica el acceso a la información y el derecho a saber. Debe crearse un “Sistema de Redes Sociales de Conocimiento y Cultura”, que garantice su socialización, y estreche vínculos y vocaciones regionales, para evitar la fragmentación, dispersión, inconexión orgánica, y la inconsistente interoperatividad entre instituciones públicas y organismos privados.

Organizar una “Sociedad en Red” debe contribuir a generar un capital humano, cuyas habilidades intelectuales y cognitivas, puedan ser difundidas y transferidas a otros sujetos sociales; y mantener un intercambio permanente de experiencias, mediante estructuras operativas de información y transmisión de conocimientos, para el desarrollo de cada región de acuerdo a su vocación.

En este sentido, la ciencia aplicada y las tecnologías de la información y comunicación, como parte sustantiva de las “Sociedades en Red” y las “Sociedades de la Información”, deben formar una sola dimensión del desarrollo y difusión del conocimiento, ya que las oportunidades de una era digital, no pueden ser incompatibles con la integración humana.

Esta concepción integral, es fundamental para reinterpretar los nuevos tiempos y circunstancias, e identificar complementarias vocaciones territoriales. A partir de la planeación prospectiva en un horizonte de largo plazo, debe avizorarse el desarrollo de una urbe que se alimente de una “economía del conocimiento”, e impulse el emprendimiento de alto impacto, como la mejor vía para disminuir la pobreza, estrechar la brecha de desigualdad social, y mejorar las condiciones y calidad de vida de las personas.

En un contexto de justicia con equidad y concretamente, de justicia distributiva, la “economía del conocimiento” debe ser la fuente motriz para generar valor y riqueza para la sociedad, haciendo tangible las oportunidades de desarrollo humano, como su objetivo primordial.

Una “Sociedad del Conocimiento” con esta visión, no puede crear espejismos del desarrollo, ya que trasciende hacia el epicentro del desarrollo humano como fuente del dinamismo económico y la estabilidad social.

Por ello, es necesario garantizar un marco jurídico incluyente, para socializar el hábitat de conocimiento, que garantice a los ciudadanos, no importando la región en la que habiten, su estatus social, ni su grado de conocimientos, acceder a los beneficios que estos espacios generan.

En este escenario de búsqueda de equidad, se impone urgentemente la vigencia plena del Plan de Ordenamiento Territorial de la Zona Metropolitana de Pachuca; la creación de una Ley de Fomento al Emprendimiento; reformas a la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación, a la Ley de Educación, a la Ley de Fomento y Desarrollo Económico, así como una reingeniería constitucional, como plataforma lógica para lograr alcances mayores y consustanciales al proyecto.

Mención especial requiere la cultura, no sólo como complemento que satisfaga el derecho a su acceso, a la recreación y al esparcimiento; sino como un mecanismo que adicione valor humano y social al proyecto, dada la composición y riqueza pluricultural de nuestro estado, que obliga a que la edificación de la “Sociedad del Conocimiento” tenga un carácter incluyente.

La vertebración socializante y simultánea del conocimiento, debe ser fortalecida también a través de estructuras políticas dinámicas y operativas, que impulsen la corresponsabilidad ciudadana. Ello afianza la gobernanza activa y consolida la democracia en el marco de un “Gobierno Abierto”.

Estos paradigmas y principios conceptuales del “Proyecto Pachuca Ciudad del Conocimiento y la Cultura”, se afianzarán al interactuar con la Asociación Internacional de Parques Científicos y Tecnológicos y Áreas de Innovación (IASP), de la que forma parte, que le significa beneficiarse de experiencias internacionales y su integración a la dinámica de la globalidad.

Una nueva era acompaña al desarrollo humano. El conocimiento puede y debe estar al servicio de la humanidad, ser el eje articulador de una nueva conciencia social, donde la horizontalidad de derechos, no sea letra muerta; prime la igualdad y la justicia en equidad, y se asuma la mayor tarea de la existencia humana: vivir con dignidad.

Agenda

 

  • En el aniversario de nuestra Independencia Nacional, reafirmamos nuestros vínculos solidarios y el futuro cierto de la Patria.

  • El CCCEH y la UNAM presentaron en el marco de su convenio de colaboración, la conferencia, “Ciudadanía y Derechos Humanos: Primera Aproximación”, impartida por el Lic. Estanislao Chávez López del Programa Universitario de Derechos Humanos.

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