Rodrigo Tacla, el ex abogado de la constructora brasileña Odebrecht, desveló que más de mil políticos fueron sobornados por la firma desde 2001 en Gobiernos de 12 países.

Tacla, quien trabajó como abogado del Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht, contó en entrevista con el diario español El País el funcionamiento de la unidad de negocios que pagó regalos, campañas electorales, fiestas y hasta prostitutas a políticos para ser correspondidos por Presidentes y Jefes de Estado con contratos de obra pública, principal fuente de ingresos de la constructora más grande de Latinoamérica, la cual cuenta con 168 mil empleados y presencia en 28 países.

“A más de mil. A través de la firma, cobraron desde gerentes de empresas públicas a jefes de Estado. Solo en Brasil hay 500 personas afectadas y existen políticos y altos funcionarios brasileños cuyos nombres todavía no han trascendido”, dijo Tacla, quien se encuentra en libertad provisional tras pasar 72 días en la prisión de Soto del Real, en España, acusado de soborno, blanqueo y pertenencia a organización criminal.

El ex abogado de Odebrecht afirmó que la empresa repartó comisiones desde el funcionario más bajo de la administración hasta el Jefe de Estado.

La empresa realizaba el pimer contacto en la campaña electoral de algún candidato y corría con los gastos de marketing. Posteriormente la constructora sugería las obras que se incluían en los planes de gobierno. En algunas ocasiones, Odebrecht asesoró a los países sobre cómo conseguir financiación a través de bancos en el extranjero, relató Tacla.

Tacla afirmó que al menos 260 millones de dólares al año eran utilizados por Odebrecht para el pago de sobornos. El dinero se movía en efectivo, a través de cuentas en paraísos fiscales y trasferencias internacionales.

Para mayor seguridad, la constructora nunca pagaba en los países de origen del beneficiario. Y utilizaba el Meinl Bank -entidad de Antigua y Barbuda adquirida por Odebrecht para blanquear fondos de sobornos- para enviar el dinero a personas en cargos públicos que eran vigiladas por las autoridades por ser susceptibles de cometer blanqueo de divisas.

El ex abogado afirmó que más de un centenar de empresas eran manejadas por Odebrecht en paraísos fiscales y afirmó que no había un “cerebro” que ideara el esquema para el lavado de divisas, únicamente el Meinl Bank como entidad central, la cual movió hasta 2 mil millones de dólares, en contradicción al testimonio del presidente de la firma, Marcelo Odebrecht, quien reconoció el pago de 790 millones de dólares en sobornos.

Por otra parte, Odebrecht también intentó pagar sobornos en especie, como en 2014, cuando intentó regalarle un avión al ex Presidente panameño Ricardo Martinelli – para acercarse al candidato de su partido en plenas elecciones generales- y que éste terminó rechazando.

“Odebrecht también organizaba fiestas y enviaba mujeres desde Brasil a celebraciones con políticos en Panamá y República Dominicana. Era la forma de la constructora de expresar su agradecimiento. Aunque luego eso también se convertía en un chantaje”, explicó Tacla, en referencias a las fotografías realizadas en las reuniones que involucraban las relaciones extra conyugales de políticos.

“La constructora hacía regalos a sus mujeres (…) La constructora arreglaba la vida financiera de las esposas de los políticos. Sobre todo de las ex esposas”.

Al ser cuestionado sobre la relación entre Odebrecht y México, Tacla admitió que la constructora creía que el ex director general de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, sería el Presidente del país.

“Les gustaba esa idea. La constructora tenía mucho interés en Lozoya”, dijo.

Tacla, con nacionalidad hispano-brasileña, fue arrestado en 2016 por orden de un juzgado brasileño y será juzgado en España luego que la Audiencia Nacional española rechazara su extradición a Brasil.

La justicia brasileña le reclama por lavar presuntamente más de 12 millones de euros al dictado de la empresa. Odebrecht sostiene que le contrató para blanquear las comisiones ilegales.

El abogado lo niega. Argumenta que solo prestó sus servicios durante cinco años y que conoce el sistema de sobornos debido a que evaluó riesgos legales en los países en que la constructora sobornó a decenas de políticos.

Fuente: Reforma