Eduardo Bohórquez, director general de Transparencia Mexicana, señaló que parte del problema que va a tener el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) es que deberá ser muy honesto intelectualmente con la opinión pública, diciéndole lo que sí puede hacer y lo que no puede hacer, ya que la gente tiene ciertas expectativas.
“La opinión pública espera ciertas cosas de un Sistema Anticorrupción, espera que haya gente en prisión, espera que caiga un presidente, espera que los alcaldes se comporten de manera honorable… [la autoridad debe] decirle al público “esto sí va a pasar, esto que usted espera todavía no puede conseguirlo porque faltan otras reformas, otros cambios institucionales”.
La iniciativa que presentó el Partido Acción Nacional (PAN), para un Sistema Nacional Anticorrupción, recoge mucho de lo que la organización dirigida por Bohórquez ha planteado por más de 15 años, que es la necesidad de que haya un Sistema Nacional de integridad aunque se llame Sistema Nacional Anticorrupción.
El director de Transparencia Mexicana considera que hay un conjunto de asuntos que reconocer y destacar en esta iniciativa, “sobre todo el cambio de paradigma es lo que resulta más importante, ¿por qué? porque si vemos el asunto en perspectiva sabremos que este primer borrador de Reforma Constitucional no es el proceso acabado, será necesario trabajar en estas instituciones por muchos años para hacer que funcionen eficazmente”, dijo.
Cómo lograr que los ciudadanos se involucren
Bohórquez considera que hay muchos espacios de participación social que no son aprovechados en el sentido de denunciar la corrupción, y recordó que actualmente existe un planteamiento de que en el SNA se cree un grupo de especialistas que tendría que rendir informes sobre la situación y el impacto del Sistema, el cual deberá ser retroalimentado por la sociedad. Considera que ese grupo tendría que estar formado por especialistas en el tema ya sea de la Academia o de la Sociedad Civil, y el cual no tendría que ser exclusivamente mexicano ni del Distrito Federal, sino con personas de otros estados y a nivel internacional.
“Hay que ser muy creativos en términos de su composición porque su naturaleza es técnica y lo que queremos es que haya retroalimentación de ese grupo”, dijo Bohórquez.
Faltantes en la iniciativa del Sistema Nacional Anticorrupción
El director de Transparencia Mexicana tiene la impresión de que a veces se piensa en los faltantes más grandes cuando lo que se tiene que ver es cómo funcionaría en la práctica, conocer cuál sería la mecánica cotidiana de estas organizaciones y qué problema quieren resolver.
“Tenemos que concentrarnos en la medida de nuestra especialización y capacidades técnicas, en distintos asuntos de absoluta relevancia para ver que queden bien, que redondeen en el momento que se diseñan, pero sobre todo en el momento en que se implementan esas normas”, dijo.
Para explicarle a la ciudadanía cómo funciona un Sistema Nacional Anticorrupción es necesario implementar una tarea permanente de comunicación, de la comunidad de práctica y no solamente del gobierno, dijo Bohórquez, ya que se trata de un asunto de honestidad intelectual donde se le diga a la sociedad lo que sí se va a poder lograr y lo que no con esta iniciativa. Señaló que hay que hacer que la ciudadanía reconozca que se está en proceso de mejora continua.
Mínimos irreductibles para un Sistema Nacional Anticorrupción
El mínimo irreductible más importante que debe contener el SNA es impedir que se piense que hay una varita mágica detrás de alguna de las instituciones, consideró Bohórquez. Además señaló importante que este mecanismo de coordinación aspire a ser un Sistema, y también que resuelva su comunicación con otros sistemas. “Empecemos a construir la obra negra de un verdadero entramado institucional para atender este problema”, dijo.
Este Sistema no liberaría al actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, de su déficit de credibilidad, dijo Bohórquez, pues es la primera piedra de una obra compleja y enorme. “Yo no voy a caer en la tentación de muchos de decir que se tiene que reconstruir el Estado de Derecho porque en realidad nunca hemos gozado de un Estado de Derecho pleno”, dijo.
Bohórquez señaló que aplicar la ley es impopular y extraño en México, y el presidente Peña tendrá que decidir si quiere congraciarse con el corto plazo o con la historia.