Juan Manuel Portal, titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) calificó de “irresponsables” a los gobernadores por el desvío de recursos públicos y a la Secretaría de Hacienda, a la que tildó aún de “opaca” en el manejo de los mismos, pues afirmó que todavía lo hace de forma “discrecional”, reporta El Universal.
En entrevista con El Universal, el encargado del órgano fiscalizador, dependiente de la Cámara de Diputados, precisó que en la administración pasada, del ex presidente Felipe Calderón, al igual que en los últimos sexenios, se repitieron los mismos errores estructurales debido a la falta de una normatividad que ponga en cintura a todos los actores políticos y funcionarios y evitar el mal manejo financiero.
Como ejemplo citó el caso del Ramo 33, que nunca ha tenido una reglamentación clara y es donde se reporta el mayor número de desvío de recursos.
Portal refiere que el mecanismo de no darse por enterados de cómo tenían que usarse los recursos, como en Tabasco, es usado ya también por otros gobernadores. “Siempre dicen que no los habían informado”, explica.
“Un cochinero” en Conaculta
El Universal publicó la semana pasada una serie de irregularidades detectadas en torno a proyectos culturales, en que se involucra al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), como el Centro Cultural Elena Garro, los Estudios Churubusco y la Cineteca, además del pago de altos sueldos a asesores.
Juan Manuel Portal refiere que el actual titular de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, le dijo a su llegada que prácticamente recibió “un cochinero”.
—¿Ese es el argumento principal que le dicen, que no sabían?, se le pregunta al auditor sobre la práctica de gobernadores cuando ejercen el gasto.
—Así es.
—¿Y usted les cree?
—A la mayoría, porque algunos van llegando y no saben qué había ocurrido antes. Conaculta, por ejemplo, el nuevo director del organismo me dijo “parece un cochinero lo que dejaron”.
Después de presentar la Cuenta Pública 2012, el auditor también pidió a los gobernadores y en general a todos los actores políticos comprometerse pues no avanzan las denuncias, los controles son muy laxos aún en materia contable y lo más grave: le dan la razón, pero nadie hace nada. “Todo mundo hace como que no ve”, remató.
Insistió en que se requiere de manera urgente aprobar las tres reformas que están pendientes en el Congreso de la Unión y que podrían ayudar a que este problema se vea disminuido. Éstas consisten en crear un Tribunal Independiente y Especializado que combata las irregularidades en la administración pública y así se asegure la sanción para aquellas entidades o funcionarios que hayan desviado recursos; crear un Sistema Nacional de Fiscalización de los recursos públicos y una Comisión Nacional Anticorrupción.
“No es echarnos la bolita”
—¿Qué balance haría del sexenio que concluyó?
—Lo que yo le puedo decir es que la administración pública, incluyendo el sexenio anterior, enfrenta problemas estructurales que se han buscado atender a través de iniciativas como la Ley de Contabilidad Gubernamental y el Sistema de Evaluación de Desempeño. Sin embargo, falta consolidar su ejecución y complementarlo con otros elementos, como el fortalecimiento del acceso a la información y un esquema efectivo de sanciones administrativas, entre otras cosas.
Durante este sexenio se pueden materializar reformas importantes para, finalmente, contar con un sistema efectivo de rendición de cuentas. Mientras no se consoliden cambios estructurales en materia de control, auditoría interna, evaluación y la asignación de resultados de auditoría, seguirán habiendo los mismos incentivos y los resultados de las auditorías, a lo largo del tiempo, serán similares, agrega Portal.
—Usted dice que no puede fiscalizar todos los fondos y en general vemos que todos se van echando la bolita. No hay un solo responsable a la hora de las fallas…
—No es echarnos la bolita. No tenemos facultades constitucionales. Nosotros ordenamos que se supervise adecuadamente y se aplique la normativa. Pero le pongo un ejemplo, la Ley de Coordinación Fiscal no tiene un reglamento que diga cómo gastar los recursos en el Ramo 33. ¿Qué es lo que hemos hecho? Recomendar lineamientos, pero esto se hace a través de la ASF. En cuanto al capítulo de gasto federalizado, cómo se debe gastar cada uno de los fondos, requiere de un análisis anual. Descuidarlo es quedar omisos y permitir que se gaste sin ninguna regla.
—Pero siguen existiendo demasiadas irregularidades…
—Logramos hace tres años que se incorporara el primer párrafo del gasto federalizado, que todos estos recursos debían cumplirse con el principio de anualidad. Que se gasten los recursos en el mismo año que se entregan y si no se hace esto, se deben devolver a la Tesorería de la Federación. Pero esto no ocurre. Hay distintos incentivos para hacer desviaciones, como la falta de cumplimiento en la anualidad del ejercicio de recursos.
Esta falta de principio de anualidad está implicado como un incentivo para el desvío de recursos. Se quedan en las cuentas y provoca desviaciones para usos indebidos pero también en subejercicios. “Al no haber obligación de reintegrarlo a la Federación, me lo quedo en mis cuentas”, piensan.
—Y si cada año se ven los resultados negativos, y que aún así la Federación les da dinero a estados. ¿Por qué?
—Alguien me preguntó ¿Y por qué no pides que se les deje de dar dinero? No. Se les da un porcentaje y si bien ese porcentaje de los recursos a salud o educación, del 100% se desvía el 8% o el 2%, entonces no es que no se les deba dar. El propósito es correcto, ahora hay que ver que se gaste bien. Lo que no se está ejerciendo es por cierta dificultad a la hora de la designación de los recursos en los estados.
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