Recordamos el pasado, pero no el futuro: esta es una ineluctable verdad humana que el físico Stephen Hawking solía repetir.
Sin embargo, para algunos resulta preferente padecer amnesia frente a lo ocurrido, mientras alimentan con fe absoluta sus profecías más catastróficas.
Un ejemplo de este fenómeno, entre tantos, lo ofrece el caso del difunto Seguro Popular y su reemplazo por el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi).
Leo con signos de interrogación sobre mis gruesas gafas que los exsecretarios de Salud andan alarmados. Ayer, por ejemplo, Salomón Chertorivski y Julio Frenk —titulares durante las administraciones de Felipe Calderón y Vicente Fox, respectivamente— publicaron un artículo cuyo título es descaradamente sensacionalista: Insabi: incertidumbre que mata (Reforma).
El argumento principal de este texto viene en el párrafo final: “Por el bien de las personas más vulnerables, sugerimos mantener las reglas del Seguro Popular …, definir con claridad el calendario de transición, asignar recursos realmente adicionales, restablecer los fondos para seguir cubriendo la atención de alta especialidad sin elevar el cobro a los usuarios y retornar a la fructífera práctica de basar las políticas públicas en evidencia.”
Por: Ricardo Rapahel
Fuente: El Universal