Es necesario ver más allá de ambiciones particulares por el futuro del INAI y por su papel en la defensa de los derechos que se tutelan
Ayer 10 de diciembre se renovó la Presidencia del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Ante la falta de unanimidad, la anterior Comisionada Presidenta hizo uso del voto de calidad para llegar a un acuerdo.
Durante toda mi trayectoria profesional he sido congruente. Y precisamente por esto –y porque los disensos son parte de toda democracia– considero que la persona que tome las riendas del Instituto debe tener la solvencia ética y moral suficientes. Es necesario ver más allá de ambiciones particulares por el futuro del INAI y por su papel en la defensa de los derechos que se tutelan.
Nadie puede estar por encima del cambio que necesitamos. El INAI debe renovarse y atender las denuncias que desde mi llegada he venido haciendo una y otra vez. Por ello, presenté en la sesión de Pleno de ayer las carpetas con las denuncias que he hecho y se las entregué al nuevo Presidente, para que por vías institucionales se llegue a las sanciones correspondientes. Ojalá la historia ponga a cada quien en su lugar y el que la hizo, la pague.