La profesionalización de los recursos humanos del sector público —entendida como el tránsito hacia un empleo público estable, planificado y bien calificado— constituye una base primordial para promover una mejor respuesta de los gobiernos a las demandas de la sociedad. De poco sirven las agendas de reforma y modernización si los gobiernos no se sustentan en una base sólida de personas competentes, motivadas y con responsabilidades bien definidas. Numerosos estudios1 identifican correlaciones claras entre la calidad del aparato burocrático y resultados de desarrollo como el crecimiento económico, la reducción de la pobreza o la lucha contra la corrupción. Es dentro de este marco que la promoción de buenas prácticas en la gestión de los recursos humanos de los gobiernos se ha convertido en un elemento importante de la agenda de investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)…
Fragmento Prefacio