La seguridad ciudadana es uno de los temas que ocupan la centralidad de las inquietudes de hoy en día. El gasto que se destina a este rubro es uno de los más jugosos del paquete presupuestario: se trata de cerca de 85 mil millones de pesos que han ido acompañados de una serie de medidas que debieran traducirse en mejoras en los índices delictivos, reducción de la violencia y mejores servicios de atención a víctimas del delito. A pesar de esto, en los últimos años hemos constatado que se gasta más y se logra muy poco de lo esperado.

Un análisis derivado de la fiscalización de la Cuenta Pública 2012 en materia de seguridad hecho por la Auditoría Superior de la Federación, presentado la semana pasada por el Auditor Juan Manuel Portal plantea las claves del fracaso de los programas y acciones de gobierno en esta materia y da luces sobre posibles áreas de oportunidad. Se trata de una serie de distorsiones que impiden conocer con precisión las razones del ejercicio del gasto público; de evaluaciones que no responden a un diseño adecuado y de la falta de vinculación entre éstas y la planeación lo cual genera que no se cumplan las metas que dan sentido a los programas y acciones de gobierno. En resumen, se trata de la ausencia de una política de rendición de cuentas lo cual podría ser una pequeña radiografía de muchos otros programas que fracasan en sus objetivos.

Los datos de la ASF son reveladores principalmente en lo que respecta a los fondos destinados a los estados y municipios. Por ejemplo, mientras que el presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública creció 888% fondos como el de Aportaciones a la Seguridad Pública de los Estados y del Distrito Federal (FASP) se redujo en 26% Este fondo está destinado a la prevención del delito, atención a víctimas, participación y denuncia ciudadana y fortalecimiento y construcción de infraestructura en las 32 entidades federativas. Pues bien, la ASF detectó que muchos de los recursos de este fondo se destinan a conceptos diferentes, no cumplen con los requisitos, no se ejercen o bien, carecen de justificación o comprobación del gasto. En lo que respecta a la obra pública, se han realizado pagos sin que haya ejecuciones, hay irregularidades en las contrataciones, falta de aplicación de las penas y retrasos en la entrega de materiales adquiridos. El resultado ha sido que este fondo es el que más subejercicios ha registrado desde el 2009, dejando sin ejercer en 2012 un monto por 4 mil millones de pesos.

El panorama municipal no es mejor, la fiscalización del SUBSEMUN, el cual se destina a municipios con mayor población e incidencia delictiva, detectó errores de gestión como el reporte de recursos no asignados a los municipios, falta de documentación comprobatoria y transferencia a cuentas ajenas al subsidio y errores en el cumplimiento de objetivos originados por duplicidad de sistemas de información, poca profesionalización del personal policial e incumplimiento de metas.

Desafortunadamente, el diagnóstico de la opacidad del gasto federalizado hecho también por la ASF revela que las deficiencias en el manejo y aplicación de las aportaciones del ramo 33 por parte de los gobiernos sub-nacionales es una constate. El problema no es menor puesto que el 32.4% del gasto total del sector público corresponde a transferencias federales. Ante este panorama la ASF ha propuesto avanzar en un sistema nacional de fiscalización pero también ha propuesto crear una ley General de Gasto Federalizado que incorpore en un ordenamiento legal las reglas para normar las transferencias a estados y municipios permitiendo esclarecer los ámbitos de competencia de la administración pública sobre la operación de fondos y programas y reduciendo así las áreas de discrecionalidad. Esto quizás serviría para homologar procesos de auditoría y comprobación de gastos y para generar información oportuna que abone a la planeación, evaluación y rendición de cuentas estatal y municipal. Los programas seguirán siendo caros y malos sin una gestión adecuada y sin rendición de cuentas. El panorama que arroja la fiscalización en materia de seguridad es sin duda botón de muestra.