Quienes sean responsables de incluir el tema de transparencia y rendición de cuentas de la manera en que lo hicieron en el Plan Nacional de Desarrollo hacen ver al Presidente como un charlatán.

Aquel que habla mucho y sin sentido es charlatán. Así está el Plan. La ola de críticas está justificada, vale la pena diseccionar los porqués.

¿Cuáles son los principales pecados del “Plan” de Enrique Peña Nieto?

1. IGNORÓ PROPUESTAS DE EXPERTOS

Probablemente no hay otra materia en la que los conocedores estén tan bien organizados, y con posturas más o menos alineadas sobre las prioridades.

Ahí está la Red por la Rendición de Cuentas con propuestas legislativas acabadas y con acciones de política pública, soportadas en la experiencia comparada, que podrían ser implementadas de inmediato por Peña Nieto.

Pero al Gobierno le gusta -aunque ya hubiera propuestas elaboradas- hacer su propio ejercicio de Planeación invitando más o menos a los mismos personajes que ya se habían puesto de acuerdo antes.

La forma de procesar el Foro de Consulta para el Plan resultó la misma grosería de siempre de ignorar lo que se les propone.

Lo publicado está lejos de representar el nivel de concreción de lo que se le propuso al Gobierno.

2. ‘TRANSVERSALIDAD’, MALA IDEA

Dice el Plan que “en la consecución del objetivo de llevar a México a su máximo potencial, además de las cinco Metas Nacionales la presente Administración pondrá especial énfasis en tres Estrategias Transversales: i) Democratizar la Productividad; ii) Un Gobierno Cercano y Moderno; y iii) Perspectiva de Género en todas las acciones de la presente Administración”.

Las menciones (no se les puede llamar compromisos) en materia de transparencia y rendición de cuentas aparecen como parte del eje transversal de “Gobierno Cercano y Moderno” y también algo en el apartado de “México en Paz”.

“La transparencia y el acceso a la información deben constituirse como herramientas que permitan mejorar la rendición de cuentas públicas, pero también combatir y prevenir eficazmente la corrupción, fomentando la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones gubernamentales y en el respeto a las leyes”, dice el documento.

Decir que el impulso a la transparencia va a ser un esfuerzo “transversal” se parece mucho a una sugerencia “light” del Presidente a sus subalternos -priistas que vienen de una cultura burocrática previa a la alternancia- en el sentido de encargarles que ahí traten de ser más o menos abiertos en sus dependencias.

Decirles eso y no decirles nada es lo mismo.

Con lo incipiente que es la apertura informativa en México, y lo fuerte que son las resistencias, se necesita algo completamente distinto: campeones de alto perfil dentro del equipo del Presidente, objetivos concretos, plazos, indicadores de avance.

En lugar de ello tendremos “transversalidad”. ¿Quién responde? No sabemos.

3. NADA DE COMPROMISOS

Definición de estrategia: conjunto de actividades destinadas a conseguir un objetivo.

En el Plan la “Estrategia 1.1.1.” es “contribuir al desarrollo de la democracia”. Es en serio, (véalo en pnd.gob.mx), hasta para ser charlatán hay niveles.

“Momento”, dirán los planeadores del Presidente, “hay que entender que debajo de las estrategias vienen las ‘líneas de acción’ y es ahí donde llegamos a la acción”.

Perfecto. Veamos qué es lo que viene como acciones en las que se desglosa la “Estrategia 1.1.1.”. Entre lo más concreto está “difundir campañas que contribuyan al fortalecimiento de los valores y principios democráticos”.

Otra línea de acción en lo que tiene que ver con el sistema de justicia y que compete a la apertura informativa (recuerde que es “transversal”) es “transparentar la actuación ministerial ante la ciudadanía, y robustecer los mecanismos de vinculación de las instituciones del Sistema de Justicia Penal con los diversos sectores de la sociedad y los medios de comunicación”.

¿”Transparentar la actuación ministerial ante la ciudadanía”? Sean serios.

Hay decenas de cosas que se pueden hacer para que la procuración de justicia sea más visible al público, cada una con ventajas y desventajas, en un “Plan” lo que se pone es cuáles de esas estrategias y acciones sí se van a seguir. Lo que pusieron es un propósito vago.

El equipo de Peña Nieto no tiene un Plan para hacer avanzar la apertura informativa en México.

¡Aguas!, porque es precisamente este equipo sin Plan el mismo que emocionó a algunos ingenuos entusiastas de la transparencia con la idea de quitar a todos los comisionados del IFAI para poner a otros nuevos, estos sí conocedores y comprometidos de verdad. Ajá.

Para lo que sí sirve el Plan es para calibrar a quienes tenemos enfrente; y tener claro que hay que redoblar el esfuerzo de presión y vigilancia.

juanciudadano@juanciudadano.com

Publicó Reforma.