El gobierno de Enrique Peña Nieto decidió dejar de contemporizar con la Sección 22 (S22) de la CNTE. Después de dos años y medio de otorgar más plazas, dinero y concesiones, el Presidente dio una súbita vuelta en U. ¿Fue una respuesta a la fuga del Chapo? No lo sé y tampoco me importa. El cambio de reglas anunciado esta semana es un paso histórico para Oaxaca y una buena noticia para México.

“Ser al mismo tiempo sindicato y autoridad es un conflicto de interés tan claro y pintado que podría ilustrar (un) libro de texto”. El tweet del diputado Fernando Belaunzarán le dio al blanco al problema magisterial en Oaxaca. La S22 de la CNTE nació para representar los derechos de sus agremiados, que es la función primordial de un sindicato. Sin embargo, con el paso de los sexenios esa misión se fue prostituyendo en una organización esquizofrénica que era a la vez movimiento disidente, pero también parte del gobierno que ejecutaba el presupuesto educativo. Desde las marchas en las calles y los plantones en las plazas públicas se fueron adueñando de mayores rentas y parcelas de poder. La S22 se convirtió en muchas cosas que poco o nada tenían que ver con pizarrones, gises y aulas: desde factor de inestabilidad política hasta asunto de seguridad nacional. La decisión de los gobiernos oaxaqueño y federal implica la transformación del IEEPO, que dejará de ser una fachada administrativa de la CNTE para convertirse en un verdadero ministerio de educación.

El mayor desafío de todo cambio institucional es la transformación de los usos y costumbres de los seres humanos que dan vida y rostro a una institución. ¿Cómo se ajustarán las decenas de miles de profesores oaxaqueños a este nuevo orden de cosas? La posibilidad que este cambio ocurra de forma pacífica depende de la habilidad de las autoridades para desactivar miedos infundados y teorías de la conspiración. La idea de que la reforma educativa es un intento de privatizar las escuelas públicas puede parecer absurda a un lector de este periódico. Sin embargo, esta noción equivocada de las cosas es parte de la construcción mental de una parte del magisterio oaxaqueño. Como dice una canción del grupo U2: “Yo no creo en el diablo… pero la verdad ya no es la misma, después de las mentiras que él contó”. Saber gobernar es saber comunicar. Si las autoridades logran transmitir su convicción a favor de la educación pública, la refundación del IEEPO deberá ser recordada como un acto de emancipación y dignificación para todos los maestros de México.

Esta semana el Coneval hizo públicas cifras dramáticas sobre la situación de la pobreza en nuestro país. Oaxaca es el estado con mayor número de personas en condición de pobreza extrema. El deterioro de la educación en el estado explica una parte del problema. La situación de permanente inestabilidad política y social, patrocinada en buena medida por la S22, explica parcialmente la ausencia de inversión privada que detona crecimiento y empleo.

El 27 de noviembre en Palacio Nacional, el presidente Peña Nieto anunció diez medidas para fortalecer la justicia y el Estado de derecho. Entre las iniciativas estaba la creación de zonas económicas especiales para Chiapas, Guerrero y Oaxaca. No es casual que las tres entidades con mayores niveles de pobreza son también las tres entidades con porcentajes más altos de empleo informal. En estas entidades, el acceso restringido a una buena educación, la informalidad y la pobreza son tres formas de nombrar la misma dolencia. El arrojo que se requirió para refundar el destino educativo de Oaxaca se necesitará para transformar el rumbo económico de esta región del país marcada por la terrible contradicción de la belleza y la carencia.

@jepardinas

Fuente: Reforma