Del 21 al 26 de abril de 2012 fueron afectadas por un gran incendio más de 8 mil hectáreas de las 30 mil 500 que constituyen el Área de Protección de Flora y Fauna “La Primavera”, conocido como Bosque de la Primavera y ubicado en la región central del estado de Jalisco, en 4 municipios (Tala, Tlajomulco de Zúñiga, El Arenal y Zapopan); es el bosque más cercano a la ciudad de Guadalajara y el “pulmón” indispensable de esta zona metropolitana.

Durante los días del incendio, mi hijo de apenas 8 años me espetó una serie de cuestionamientos que me hicieron sentir desde impotente hasta avergonzada, pasando por ridícula, ya que como cualquier ciudadano con un mínimo de exigencia a sus gobernantes quería explicaciones, acciones, responsabilidades y consecuencias que yo –supuesta especialista en rendición de cuentas y fiscalidad ambiental- no pude ni siquiera esbozarle y he estado reflexionando días y días:

¿Quién debe cuidar al Bosque de la Primavera? Fue su primera pregunta y en mi cabeza surgía “la tragedia de los bienes comunes” y la ineficaz solución jurídica de las competencias concurrentes en materia ambiental que México adoptó en 1994 y que gracias a la presión de USA y Canadá para la firma del TLCAN, apareció la Ley General para el Equilibrio Ecológico y la Protección Ambiental para en teoría, desarrollar esas competencias concurrentes y tenemos varias instancias federales y luego mal clonadas en los Estados: secretarías de medio ambiente, procuradurías de protección ambiental, comisiones, consejos, institutos, fideicomisos, etc. pero que ninguna es responsable con claridad de las acciones encaminadas al cuidado del medio ambiente y no tienen una concurrencia efectiva bajo una coordinación ordenada y funcional que atienda a los principios del desarrollo sostenible.

¿Quién está apagando el fuego? fue otra gran interrogante. Pasaron muchas horas para que los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara recibiéramos un comunicado oficial por parte de algunas autoridades, la comunicación fluyó a través de las redes sociales y del triste panorama que veíamos los que trabajamos o vivimos cerca de La Primavera. Como ya es usual por el actual gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, su presencia fue tardía y su mensaje, insulso; recordamos los jaliscienses que fuimos uno de los últimos Estados en activar la alerta sanitaria cuando la influenza nos atacó en el 2009. De los alcaldes, solo hubo noticias de Héctor Vielma Ordoñez, de Zapopan, dio mensajes y tomó decisiones, entre otras, rentó aviones especiales e interpuso una denuncia penal “contra quien resulte responsable”. En México solo las instancias federales y las grandes ciudades cuentan, el federalismo es un bonito tema para los estudiosos pero sin significado para nuestros ciudadanos.

Conforme transcurrían los días y el humo entraba a mi casa y agravaba las alergias de mi hijo, éste me “periqueaba” que yo le había dicho que el gobierno tenía que cuidarnos y resolver los problemas comunes, que para eso me quitaban dinero de mi salario y afloró su presidencialismo, -¿vendrá en nuestro ADN?- y me preguntaba ¿por qué no pedíamos ayuda a Felipe Calderón? Cuando este apareció en escena como el gran salvador, mi hijo confirmó a su temprana edad, el poder del presidente en México.

En la escuela tuvieron a bien, dejarle una investigación sobre el Bosque y el incendio –a él no le tocó la suspensión de clases- y así, continuó atormentándome con sus dudas ¿quién provocó el incendió? ¿por qué dicen que amenazaron a los brigadistas? Los van a meter a la cárcel ¿verdad, mamá? En este punto, me sentí avergonzada y dude si debía mentirle o darle una explicación cruda ¿Cómo te explico hijo mío, que la procuración e impartición de justicia en este, tu primer país, es solo un anhelo y no una realidad cotidiana que nos haga sentir ciudadanos, contribuyentes y humanos con derechos garantizados? El “quien resulte responsable” puede ser una persona que detienen y hasta encarcelan y que nunca tendremos la certeza de que sea la auténtica y única responsable. Por otra parte, basta con ver el mapa de todos los incendios que ha habido en los últimos años en La Primavera para darse cuenta de lo obvio: desarrollo inmobiliario, fraccionamientos lujosos, todos cercanos a lo ya construido. Las amenazas con armas que sufrieron los brigadistas son un oprobio colectivo y hacen evidentes los fuertes intereses económicos que hay detrás de cada incendio forestal.

Cuando se contuvo el fuego y dejamos de respirar la neblina contaminada y contaminante, los medios de información hacían cálculos y daban el saldo del desastre, otra pregunta inevitable fue formulada ¿Se va a curar el Bosque? En un cálculo elemental están las 7,800 ha. afectadas en el 2005 (11,300 dicen algunas voces) que todavía no se recuperan completamente más las 8,200 ha. de los días pasados, más las que por “pequeños” incendios, se queman o devastan cada año; del total de las 30,500 ha. que conforman el área, más del 50% en cifras cuasi-oficiales, se ha dañado el Bosque de la Primavera en los últimos 7 años.

Ingenuamente, visité el sitio web del Bosque La Primavera, para buscar un informe oficial sobre el siniestro, un plan de recuperación y demás información de un tema tan importante como son los activos ambientales de la región. Aunque es común, no deja de sorprenderme que las páginas web estén desactualizadas, no había nada al respecto y apenas hace un par de días, colgaron un agradecimiento por la ayuda de la sociedad civil y remitiendo a Facebook y Twitter para dar seguimiento.

Si la transparencia y acceso a la información pública en temas fáciles o comunes –presupuesto asignado, cuenta pública, salarios, etc.- se nos niega frecuentemente, la información ambiental en México es una gran desconocida. Tesistas de nivel doctoral con temas de investigación ambientales, me han relatado con detalle la opacidad del área; los impuestos verdes, la contabilidad ambiental y el sistema de cuentas económicas y ecológicas del INEGI no parecen ser relevantes ni para el sector público ni para la sociedad y el Producto Interno Neto Ecológico es un concepto aislado en la gestión de las finanzas públicas. Lejos estamos de una valoración económica fidedigna del daño ambiental intra e intergeneracional, que nos ha dejado este incendio y otros desastres naturales o provocados. Al igual que el pasivo contingente que enfrentan los sistemas de pensiones actuales en México, el pasivo ambiental contingente amenaza nuestro futuro, por lo que debemos ya estar reflexionando con seriedad sobre esas dimensiones temporales de la rendición de cuentas: intra e intergeneracional, es decir rendir cuentas a la presente generación sobre el futuro de las siguientes.

PD: El pasado sábado 28 de abril, se abrió oficialmente el Bosque de la Campana, conocido como Colomos 3, un bosque urbano entre Guadalajara y Zapopan que cuidan y defienden varias organizaciones de la sociedad civil con pasión admirable desde hace varios años, contra las constructoras inmobiliarias; esperemos que su lucha, continué con éxito.
Zapopan, Jalisco, 1 de mayo de 2012.