La opacidad en el diseño y ejercicio del presupuesto es uno de los principales obstáculos para el ejercicio de un gasto eficiente, explica el Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (CIDAC).

Ejemplo de ello es que en el reporte sobre la cuenta pública del 2014, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) no encontró información suficiente sobre en qué o cómo se gastaron 42,000 millones de pesos en ese año. Esa cifra equivale a un tercio del recorte anunciado por Hacienda.

Es decir, debido a la falta de claridad de los objetivos de los programas o dependencias a las que se dirigieron los recursos y a la falta de información que se obtuvo por medio de los mecanismos de transparencia utilizados, la ASF fue incapaz de localizar el destino de estos fondos…

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