La transparencia se ha convertido en una de las principales banderas de Andrés Manuel López Obrador —quien en numerosas ocasiones ha señalado que esta sirve para acabar con la corrupción—, pero, en los hechos, en la puesta en práctica de este principio su gobierno ha tenido claroscuros.

Así lo consideran expertos en la materia, quienes señalan que, mientras hay muestras de total apertura en algunos casos, en otros aún persiste la opacidad.

Ejemplos de estos contrastes están en que, por un lado, apenas el 1 de marzo el presidente anunció la apertura de los archivos del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), durante una conferencia de prensa que tituló “La transparencia es regla de oro”; por otro, ha habido tropiezos en este tema, en aspectos como la promesa de que todos los miembros del gabinete harían públicas sus declaraciones patrimoniales.

Para el investigador de la UNAM Ernesto Villanueva, el país está en un proceso en el que todavía no acaba de morir la cultura de la opacidad, pero, al mismo tiempo, existe la voluntad del presidente de que haya un cambio.

“En el gobierno anterior, la opacidad era completa, es decir, había una armonía desde arriba hasta abajo en la opacidad, pero no había como hoy un presidente expresamente comprometido, que está buscando que haya transparencia”, dice.

Los claroscuros

Entre las señales positivas en este terreno los expertos ven —además de la apertura de los archivos del CISEN— acciones como la difusión de los audios del vuelo en el que murieron la gobernadora Martha Erika Alonso y el senador Rafael Moreno Valle, o bien, la orden de que todos los miembros del gabinete den a conocer sus bienes y los de sus familiares.

Por el contrario, hay puntos como el manejo de los recursos del Fondo de Transición o la licitación para la compra de pipas de gasolina en los que persiste la falta de claridad.

“Hay gestos de transparencia muy sonoros, como el total acceso a los archivos de CISEN, pero hay que prestar más atención en consideraciones cotidianas”, considera Alejandra Ríos, académica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Para ella y otros expertos, la transparencia es una herramienta de combate a la corrupción y un mecanismo para la rendición de cuentas. Por ello, es necesario que se genere información y que la misma esté al alcance de los ciudadanos.

Los especialistas analizan el caso de las conferencias de prensa matutinas de López Obrador, en las que de lunes a viernes el presidente habla casi sobre cualquier tema, pero en ocasiones no cuenta algunas con los datos precisos que se le solicitan.

“(En ellas) se brinda cierta información y se trata de explicar algunas de las decisiones que se han tomado, distinto a lo que se había hecho, pero no deja de tener algunos riesgos, dado que se centraliza toda la información en la figura del presidente. De ninguna manera esta forma de comunicar debe sustituir la producción de información“, señala Lourdes Morales, directora de la Red por la Rendición de Cuentas…

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