Reiniciado el proceso electoral de Ayuntamientos, comentaremos sobre algunas de las etapas que lo conforman, tales como la selección y registro de candidatos; perfil de candidatos; candidaturas comunes y alianzas; derechos políticos de los militantes; principios, plataformas electorales y programas de acción; las campañas políticas, activismo y promoción del voto; el financiamiento público y privado; la transparencia y rendición de cuentas; respeto a la legalidad; entre muchos otros temas que iremos abordando sobre la marcha.

Para situar el contexto, abordo de manera breve dos temas que son determinantes, no sólo para el proceso electoral en sí mismo, sino para el ejercicio de gobierno de los nuevos Ayuntamientos.

La forma como la ciudadanía perciba las acciones de gobierno (federal, estatal o municipal) y la manera como registre los efectos positivos o negativos en su entorno inmediato, determinarán su decisión de voto. Hoy como nunca el descontento, el enojo y la desconfianza en las instituciones, han alcanzado niveles preocupantes, agudizando el escrutinio ciudadano.

En esta lógica, hay que considerar el buen o mal gobierno de la administración municipal que termina; y la imparcialidad y calidad del ejercicio de gobierno de los Concejos Municipales, que vivirán de cerca todo el proceso electoral, cuya etapa de campañas inicia el mismo día en que los Concejos toman posesión de su encargo.

La percepción que tenga la ciudadanía del desempeño de los Ayuntamientos que terminan, decidirá un voto de premio o de castigo; los resultados de una mala gestión de gobierno, le costará al candidato del partido político del Presidente Municipal que termina; por el contrario, si este goza de reconocimiento, aceptación y buena fama pública por haber hecho un Buen Gobierno, la responsabilidad política de su quehacer público podría favorecer al candidato que postule su partido; empero, ninguna de estas dos condiciones tienen necesariamente un efecto lineal.

Por lo que corresponde al rol que jugarán los Concejos Municipales, estamos como los merengueros: a la suerte de un volado, ya que la irresponsabilidad e indolencia de la LXIV Legislatura, mostró un precario cumplimiento de su deber, cometiendo una grave omisión. Los nombramientos que haga serán inoportunos e improvisados, ya que sólo faltan 5 días para que termine el período de gobierno de los actuales Ayuntamientos e inicie la gestión de los Concejos Municipales.

En Hidalgo vivimos un proceso electoral que cotidianamente suma los despropósitos de la actuación de los partidos políticos. No entienden que deben cambiar radicalmente para recobrar la confianza y credibilidad en las instituciones. Son incapaces de colocar al ciudadano en centro del escenario, hacerlo el protagonista y el leitmotiv, que le dé sentido a la política.

Los partidos políticos requieren de nuevas prácticas, tanto en su vida interna, como frente a la ciudadanía. Tienen que demostrar permanentemente que son organizaciones de interés público, cuyo objeto es organizar la participación de la sociedad en la vida democrática, para integrar la representación nacional, y hacer posible su acceso al ejercicio del poder público, de acuerdo a los programas, principios e ideas que postulen.

Materializar este mandato constitucional, implica trabajar intensamente todo el tiempo y en todas partes; institucionalizar la función política; mantener cercanía con la ciudadanía, respetar sus derechos políticos, escucharla, atenderla y alentarla; fortalecer la capilaridad política dando oportunidades y alternativas; y realizar un ejercicio permanente de corresponsabilidad y movilidad, que le dé sentido y significado social a los actos e iniciativas del quehacer político.

Al respecto, son lamentables los procesos de selección de candidatos sustentados en el azar, en encuestas o en decisiones cupulares, figuras que estando autorizadas por la ley, de ninguna manera acreditan que el partido político cumple su tarea. Los partidos deben permanecer cercanos al interés de la ciudadanía y dejar de postular candidatos incapaces de concretar la tarea gubernamental, e incompetentes para procesar el conflicto social, generar oportunidades y propiciar la estabilidad de las expectativas sociales.

Los partidos requieren establecer una comunicación permanente con sus cuadros, bases militantes y simpatizantes partidistas para ponderar aptitudes, convicciones y compromisos; sustentar con legitimidad, la nominación de aspirantes y candidatos; y promover una deliberación libre, abierta y plural, que jerarquice y determine las prioridades para atender las demandas más sentidas y observadas de los pueblos, barrios y colonias; de manera que quienes sean postulados como candidatos, tomen compromisos puntuales.

Los Ayuntamientos electos deberán enfrentar con determinación la falta de credibilidad y confianza de los ciudadanos en las instituciones, hoy acentuadas por las crisis de salud, económica y de seguridad, que están provocando un gran dolor por las miles de muertes ocasionadas por el COVID-19; por los millones de empleos perdidos, que están ocasionando la desesperación y el hambre de millones de familias; por el activismo del crimen organizado; por la violencia y la inseguridad desbordadas; por el malestar de un poder adquisitivo cada vez menor; por la desconfianza ciudadana; y por la polarización, que abona cotidianamente a una posible crisis social.

La precariedad del Sistema de Partidos y el desprestigio de la clase política, no han cuidado el principio de representatividad democrática, en la integración de los órganos de representación popular y de gobierno, por lo que están obligados a lograr que la lucha política de los candidatos a Presidentes Municipales, Síndicos y Regidores, promueva acciones enfocadas a: 1) fortalecer la solidez de las estructuras institucionales, comunitarias y vecinales; 2) participar en el quehacer público; y 3) construir respuestas a las demandas de la sociedad.

La prioridad es avanzar en el desarrollo del municipio, construyendo una Nueva Gobernanza, sustentada en prácticas horizontales, que haga vigente el Derecho Humano al Buen Gobierno y sienten las bases de una Reforma Política Municipal, que materialice el principio de representación política, y garantice que el quehacer público se ejerza, atendiendo los intereses de los ciudadanos y las comunidades.

Mientras llegan los tiempos para impulsar una Reforma Política Municipal, tienen que construirse los entendimientos necesarios para suscribir un Acuerdo para un Nuevo Pacto Social Municipal, que edifique una Nueva Gobernanza para una Gobernabilidad Democrática; e implemente una Reforma Administrativa que organice la División Política Regional del Municipio, y la creación de estructuras institucionales, comunitarias y vecinales, en el marco de un Sistema Municipal de Cultura Cívica y Participación Ciudadana. (https://wp.me/p1JSMG-xs)

Agenda

  • De acuerdo con INEGI, la economía nacional registró la mayor caída de que se tenga registro, equivalente a una década perdida, sin posibilidades de recuperación en el corto plazo. Según The Economist, la economía tardará en recuperar el nivel que tenía en 2019, hasta el segundo trimestre de 2025.

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