Saldos pendientes
Por Pedro Carta Terrón

Desde su primera versión, en 2016, la convocatoria para seleccionar a los integrantes del Comité de Participación Ciudadana (CPC) del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) venía con una importante fractura: teniendo como misión atraer, seleccionar y colocar dentro del sistema a personajes que trajeran la visión e ímpetu distintivos de la sociedad civil, contaba con un diseño de convocatoria y metodología de selección contraria a ese fin.

Ese grave problema no se ha resuelto; el procedimiento de selección de integrantes del CPC sigue siendo hostil para incorporar a integrantes de Organizaciones de la Sociedad Civil y, además, contiene un importante espacio para la subjetividad y la decisión discrecional, lo que incrementa el riesgo de error o, incluso, captura del proceso mismo de selección.

Estas dos vulnerabilidades explican en buena medida, tres cosas:

  1. Por qué el Sistema Nacional Anticorrupción ni está posicionado a nivel público, ni resuena como el instrumento social que debiera ser ni los CPC están generando los esfuerzos que se esperaban de ellos al fundarlos.
  2. Por qué muchos de los Sistemas Locales Anticorrupción y sus CPC, especialmente los que replicaron la convocatoria y metodología nacional, están transitando por ese mismo océano fangoso.
  3. Por qué las organizaciones de la sociedad civil no manifiestan el grado de interés esperado por formar parte o colaborar con los CPC, antes bien, recelan de ellos.

En estas líneas me interesa exponer por lo menos el planteamiento central de estos dos grupos de problemas presentes en la actual metodología para seleccionar integrantes del CPC, como aporte de referencia para la vigilancia social de dicho proceso de selección.

No es una convocatoria hecha para incluir a líderes de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC)

La función legal central del Sistema Anticorrupción es formular/impulsar política pública, vigilar recursos públicos y convencer/coordinar a sectores sociales y organizaciones de la sociedad civil en el combate progresivo de la corrupción.

Los que en su momento impulsamos la figura del CPC en la ley teníamos en mente que la participación de este grupo ciudadano en el cumplimiento de dicha meta legal requería de la visión, habilidades, vocación y estrategia propia de los líderes de sociedad civil. La pretensión era enriquecer al SNA con perfiles de actores venidos de la sociedad civil, con las habilidades características de ese sector; al fin y al cabo, expertos auditores, contralores o juristas ya los estaban aportando las otras seis instituciones componentes del Sistema.

Y ese es el problema de fondo; todas las convocatorias y metodologías utilizadas desde el 2016 y hasta la actual, están diseñadas para asignarle “puntos” a perfiles venidos de la burocracia o la academia y no le otorga ningún tipo de puntaje relavnte a tareas verdaderamente propias de OSC como el tiempo de dirigir organizaciones sociales, experiencia en incidencia en políticas públicas, participación en redes, trabajo voluntario, la experimentación de casos o el desarrollo de proyectos de contacto directo con la gente, como algunos ejemplos.

De estas habilidades de sociedad civil sólo hay veladas menciones, diluidas como complemento. Por ejemplo, la Metodología del proceso de selección 2023 para ocupar un cargo en el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción establece 14 elementos de valoración documental a calificar y sólo en el elemento de valoración 2 insinúa, y únicamente como mención de complemento, la participación en OSC como valor calificable:

“Años de experiencia en materias de combate a la corrupción, fiscalización, transparencia y rendición de cuentas.

Se entiende por “experiencia” haber laborado en una institución pública, académica u organización de sociedad civil o sector privado”

Otra fragilidad de la metodología que pone en desventaja a personajes de las organizaciones de la sociedad civil es la total ausencia de la asignación de valor a la labor altruista.

La ONU tiene pronunciamientos y consideraciones sobre el gran valor del trabajo no remunerado que otorgan las organizaciones de la sociedad civil, el INEGI ya ha ofrecido estimaciones de la aportación del trabajo no remunerado de las OSC al PIB nacional, organizaciones como el Centro Mexicano para la Filantropía han desarrollado trabajos enteros señalando y hasta cuantificando el valor del voluntariado.

Solamente a las Comisiones de Selección de los CPC les ha pasado de noche esta comprensión de la importancia de valorar el trabajo pro bono en evaluaciones de funciones de sociedad civil y omiten dicha variable en convocatorias y metodologías. Con esta omisión ponen en situación de desventaja o hasta de abierta indefensión a activistas sociales que han realizado importantes esfuerzos de forma altruista y en tiempo parcial, enfrentándolos en competencia con candidatos que han actuado al amparo de sueldos y dedicados a tiempo completo. Es absolutamente injusto enfrentar ambos perfiles como si de iguales se tratara.

Un ejemplo de daño ante esta ausencia del trabajo pro bono como criterio de selección, lo tenemos en el elemento de valoración 3 de la metodología 2023:

“Experiencia de participación en cuerpos colegiados.

No tiene experiencia = 0

Ha sido parte de un cuerpo colegiado = 1

Ha sido parte de dos cuerpos colegiados = 2

Ha sido parte de tres cuerpos colegiados = 3”

Con base en esta metodología 2023 el candidato que ha trabajado por años en Contralorías, por ejemplo, por la naturaleza de su trabajo seguramente ha formado parte y hasta presidido como 10 cuerpos colegiados y va a aventajar con mucho a un líder de OSC que sólo ha formado parte de dos cuerpos colegiados, sin comprender que el grado de liderazgo, tenacidad, conocimiento y dedicación altruista necesarios para que un activista social logre colarse y destacar en un cuerpo colegiado como un Consejo Municipal o un Comité de Vigilancia de Obra Pública usualmente es mucho mayor que el que realiza quien se integra porque le pagan, es su obligación laboral y puede dedicarse por entero a eso, si es necesario.

La metodología señala también que “se valorará de manera particular las experiencias exitosas que hayan demostrado las y los aspirantes como miembros de otros cuerpos colegiados, de cualquier naturaleza…”, lo que también presenta un riesgo como el anterior: la experiencia de un ex auditor o un ex contralor para imponer efectos en un órgano colegiado seguramente fue muy exitosa; quizá por el pequeño detalle de que está sancionada la desobediencia a un requerimiento de un auditor o un contralor. Cómo compite con eso, en la forma, el éxito de un líder social que “solamente” logró que un Comité de Calidad incluyera un protocolo para el trato digno a solicitantes de consulta externa en un hospital.

Con esta primera aproximación le puede quedar claro al lector porqué el impulso fundacional del SNA, ese que fue alimentado principalmente con el liderazgo de actores venidos de la sociedad civil, se ha ido apagando y poco a poco ha dejado de ser inspirador. Convertir al CPC en un simple escalafón para servidores públicos, provocando una hostil barrera de entrada para los líderes de sociedad civil, es una estrategia muy peligrosa y autodestructiva que debe corregirse pronto en la metodología.

II No es una Convocatoria que esté bien protegida ante la eventual manipulación por subjetividad.

En todo proceso de selección opera un determinado grado de subjetividad, en tanto que es muy difícil establecer criterios de calificación totalmente eficaces y libres de tener más de una interpretación. Es sensato pensar que la total objetividad no es posible y que nuestra mejor estrategia preventiva es ser exhaustivos para acotar la decisión discrecional.

El problema central aquí es que la metodología de selección del CPC está demasiado dejada de la mano de Dios en ese sentido. Existen múltiples flancos donde pudo haber mayor esmero para prevenir el riesgo de la discrecionalidad y el documento revela que no hubo esa debida diligencia; sinceramente espero que por motivos no deliberados.

Por razones de espacio sólo ejemplificaré tres casos, donde señalo la redacción original, observaciones del riesgo y un mejor ejemplo de cómo pudo haberse prevenido mejor el efecto de la subjetividad para calificar ese criterio.

Ejemplo 1: elemento de valoración 13 de la metodología 2023:

DICE:

“Actividades de docencia, capacitación o divulgación…

 3 (puntos) = Existe evidencia en su currículum o en su exposición de motivos de haber participado en actividades                                                    de capacitación        o divulgación en temas de transparencia, combate a la corrupción, fiscalización y rendición de cuentas, en instituciones educativas de prestigio.”

OBSERVACIONES: ¿Quién determina cuáles son las instituciones educativas de prestigio? Si entre los evaluadores hay gente del Tecnológico de Monterrey o la Universidad Iberoamericana creo que considerará que el ofrecer cursos o conferencias en la Universidad Autónoma Metropolitana o la Universidad Insurgentes no es mérito suficiente para obtener un puntaje de 3.

Más allá de los nombres de las escuelas es el hecho de dejar que el imaginario del evaluador sea el que determine el “prestigio” de una institución. A conveniencia se puede calificar a un amigo con 3 y a un no amigo con cero; así de grave.

DEBIÓ HABER DICHO:

“Actividades de docencia, capacitación o divulgación…

 3 (puntos) = Existe evidencia en su currículum o en su exposición de motivos de haber participado en actividades                                                    de capacitación        o divulgación en temas de transparencia, combate a la corrupción, fiscalización y rendición de cuentas, en instituciones educativas del sistema público o privadas con registro oficial verificable en  https://sirvoes.sep.gob.mx/sirvoes/mvc/consultas .

4 (puntos) = Existe evidencia de actividades con puntaje 3, pero que hayan sido realizadas pro bono.

Ejemplo 2: elemento de valoración 11 de la metodología 2023.

DICE:

“Número de organizaciones de la sociedad civil, relacionadas con los temas de combate a la corrupción, fiscalización, transparencia y rendición de cuentas, que en hoja membretada y firmada por la representación legal o directiva de dicha organización civil, postulan su candidatura.”

OBSERVACIÓN: ¿Cómo van a corroborar esas actividades relacionadas? O va a ser también al libre juicio de los evaluadores, al riesgo de establecer unilateralmente que una  organización X no acredita “a juicio de la Comisión” la relación con los temas señalados. Eso abre las puertas a la posibilidad de favorecer a los amigos asignándole los mejores puntos a las organizaciones que los postulan, aunque se dediquen solamente a administrar tianguis.

DEBIÓ HABER DICHO:

“Número de organizaciones de la sociedad civil, que acrediten en su objeto social actividades relacionadas con las fracciones III, IV, IX, XII, XVI o XVIII del artículo 5 de la Ley Federal de Fomento a las actividades realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil; o sean Cámaras o Sindicatos empresariales o sean Colegios profesionales con Comisiones o programas activos en los temas de combate a la corrupción, fiscalización, transparencia y rendición de cuentas, que en hoja membretada y firmada por la representación legal o directiva de dicha organización civil, postulan su candidatura y describan las actividades realizadas por el postulado y, en su caso, si fue realizada pro bono.”

Ejemplo 3: elemento de valoración 5 de la metodología 2023.

DICE:

“Contribución en materias de combate a la corrupción, fiscalización, transparencia y rendición de cuentas (contribución se refiere a acciones que permiten el avance o mejoramiento en los referidos temas).”

0 = No refiere contribución

1 = Refiere su contribución, pero no es verificable porque no entregó documentación que la acredite.

2= Refiere su contribución la cual es verificable con documentación que entregó.

OBSERVACIÓN: ¿Qué entiende el evaluador por contribución? Me tocó ver en un proceso de selección en el Estado de México una idea del tipo “realizar festivales de banda anualmente para invitar a la gente a evitar la corrupción” opinada por los evaluadores como del mayor valor, superando ideas como “incluir contenidos anticorrupción en materiales escolares de control estatal”. El dejar la interpretación libre del evaluador lo que es una contribución valiosa es una invitación a que se imponga su imaginario o su interés subjetivo.

Otro tema son los comprobables. Como complemento de lo expuesto en el apartado I, el líder de sociedad civil casi siempre esta actuando en tiempo real y muchas veces en la vanguardia de los temas; nadie le va a dar constancias o acreditaciones de eso; posiblemente ni siquiera existan constancias de ese tema todavía; las constancias y documentos se otorgan en tiempo de paz. ¡¡Y a la Comisión de Selección se le ocurrió la brillante idea de calificar de la manera más alta los documentos!!

DEBIÓ HABER DICHO:

“Contribución en materias de combate a la corrupción, fiscalización, transparencia y rendición de cuentas (contribución se refiere a cualquier tipo de participación que haya dejado algún antecedente identificable y valorado por uno o más terceros como valor agregado a los temas de la convocatoria).”

0 = No refiere contribución

1 = Refiere su contribución, pero no es verificable o puede verificarse solamente con testimonios escritos donde se describa el tipo de participación y tema atendido.

2= Refiere sus contribuciones, enlistadas en orden de importancia, las cuales son verificables con notas de medios, videos en plataformas públicas, convenios firmados o cualquier documento donde se asienten o puedan corroborarse las contribuciones.

3 = Refiere contribuciones de valor 2, pero donde la primera o segunda en orden de importancia fue realizada pro bono.

Y los ejemplos pueden continuar.

Espero que estas inquietudes ayuden a mejorar la vigilancia social de este tipo de procedimientos de selección ciudadana y, en una de esas pueda hasta ser leído y valorado por posibles evaluadores de CPC estatales y pueda apoyarlos en el perfeccionamiento metodológico de sus procesos electivos, pues el no reparar pronto esa fractura nos puede costar la inanición por ausencia de liderazgo en los CPC y los propios SNA. Al tiempo.