La crisis peor de la 4T no fue el desastroso proceso para nombrar a Rosario Piedra como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); en términos de definiciones trascendentes el desafío clave será el nombramiento de la próxima ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
A estas alturas es irrelevante si la señora Piedra era la mejor opción. Lo principal de ese episodio es el procedimiento que hizo pedazos la confianza dentro del Senado.
El pueblo votó en julio del año pasado y decidió no entregarle a Andrés Manuel López Obrador el control en la Cámara Alta para las decisiones que requieren mayoría de dos tercios.
Para leer columna completa: Click aquí