México vive una clara recomposición de las fuerzas democráticas que vertebran nuevos espacios de diálogo, interacción y corresponsabilidad de la ciudadanía en la tarea pública y política.

Este ascenso de la sociedad civil a nuevos trazos de horizontalidad política, infortunadamente convive con manifestaciones y actos de vandalismo, rapiña y asociación delictuosa, en los que el asociativismo comprometido, los espacios de interacción e influencia deliberativa en el ejercicio de la libertad positiva para la toma de decisiones del Estado, se ven opacados y disminuidos.

Son inaplazables componentes mínimos de organización y estructura social para que la participación ciudadana lleve a cabo el objetivo de constituir un apoyo prescriptivo de las acciones de gobierno. Como lo advierte acertadamente Manfred Riedel: “…la sociedad civil no sería civil si no estuviera institucionalizada”.

En este trazo relacional del binomio sociedad-gobierno, la existencia de diversas Organizaciones de la Sociedad Civil y Organismos Públicos Autónomos, afianzan el ejercicio soberano de los derechos ciudadanos y de los deberes cívicos, trascendentes para fortalecer la institucionalidad del Estado.

¿Qué virtud tiene la ciudadanización en las estructuras institucionales, y en el ejercicio de gobierno?, ¿Por qué la participación ciudadana organizada potencia las acciones públicas?

De sobra sabemos que la democracia representativa en todas sus manifestaciones es un componente intrínseco del sistema político y de gobierno. Empero, específicamente en el Poder Legislativo resulta insuficiente para encauzar tanto las demandas ciudadanas, como el procesamiento del conflicto social.

Este distanciamiento con la ciudadanía, de partidos políticos y legisladores, producto de su desempeño en favor de la custodia de privilegios y de su anquilosamiento, ha provocado la crisis de representatividad, el desencuentro social, y el vacío de legitimidad y credibilidad institucional, deterioro que incide en la operatividad y falta de concreción de la tarea pública.

En este escenario de inopia política, surgen organizaciones ciudadanas, que no han pretendido, ni pretenden sustituir las funciones que tienen los poderes públicos. Al contrario, por su naturaleza y expresión inmediata de la soberanía popular, co-crean con las instituciones, el mandato y ejercicio de gobierno ampliando la interacción en la toma de decisiones.

Hay que tomar nota que admitir y responder al asociativismo ciudadano, en la corresponsabilidad de las acciones públicas, es una cuestión  contemplada como un derecho político en el Sistema de Planeación Democrática, por lo que la construcción de políticas públicas, presupuestos participativos, auditoria ciudadana, de los sistemas Nacional y estatales Anticorrupción, constituyen ejemplos contundentes no de la respuesta del Estado a la sociedad, sino de una conquista ciudadana innegable.

La ciudadanía organizada ni compite con el Estado, ni duplica sus funciones, ni está en su contra. Lo que tiene que entenderse es que la voz del tejido social en un Estado Democrático de Derecho, es en esencia el vínculo unitario del poder, su soberanía, y que no se olvide, su fuerza.

En esta sana interacción surgió en el Estado de Hidalgo el Consejo Consultivo Ciudadano, Organismo Público Autónomo; apartidista, que no apolítico; su objetivo es encauzar desde la deliberación libre, abierta y plural, las aspiraciones sociales en la construcción de un gobierno justo, que en el apoyo de la ciudadanía genere oportunidades para el todo social.

El CCCEH no sustituye las funciones ni de diputados, ni de secretarías, ni de institutos políticos en el ejercicio de gobierno; su función es distinta pero no menos importante. Distinguido por su autonomía legal y por la fuerza de organizar la participación ciudadana en los principios comunitarios y vecinales, su fin es fomentar la democracia participativa, encauzar la participación organizada del pueblo y demandar a los servidores públicos, el cumplimiento del Estado Democrático de Derecho, principio básico de un Gobierno, una Administración de Justicia y un Parlamento Abiertos y en Público.

¿Por qué la tarea y funciones del CCCEH no pueden confundirse ni con las atribuciones, ni con el ejercicio de los poderes públicos?

Porque el CCCEH es una expresión orgánica cuyo peso de autonomía ha permitido encausar como apoyo al gobierno la voz ciudadana, dándole estructura y coherencia orgánica en sus Consejos Regionales, no sólo para traducir la demanda que debe ser satisfecha por las administraciones estatal y municipales, sino para que el ejercicio de gobierno opere con mayor armonía, en el consenso y en la deliberación que afiance la transparencia, la rendición de cuentas, y combata la corrupción y los moches, en la concreción de las tereas del quehacer público.

No puede olvidarse ni soslayarse que la democracia representativa debe rearticularse en el crisol de la democracia participativa, lo que requiere esfuerzos para organizar la colaboración y participación ciudadana en el ejercicio de gobierno.

En este sentido, en el pasado proceso electoral, en el que se renovaron los poderes públicos, el CCCEH construyó el portal WEB “Inteligencia Electoral”, el cual de manera abierta, impulsó la difusión del proceso electoral a partidos, candidatos y ciudadanos, convirtiéndose en un espacio de información e instrucción política.

Este portal WEB permitió tanto a actores políticos como al ciudadano común, comprender la magnitud histórica del proceso, a cargo de nuevas autoridades, un nuevo marco jurídico y nuevos principios, y que de manera inédita conjuntó las elecciones de Gobernador, diputados y ayuntamientos; el portal fue un éxito en visitas y ningún otro medio tuvo la demanda que registró.

Más allá de los intereses partidistas, se debe ser consciente del valor democrático de la fuerza ciudadana, de los insustituibles elementos de la organización voluntaria y abierta del tejido social y, entender que el papel de la sociedad civil no sustituye la preeminencia institucional, pero por ser su génesis, su custodia y salvaguarda es obligada.

El ejercicio de gobierno no puede perder la significación política que implica admitir la corresponsabilidad ciudadana en la toma de decisiones públicas. “No se deben confundir las causas con los efectos”, así lo advirtió Federico Nietzsche.

El Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo, es un organismo de voz social, cuya autonomía no se superpone al papel que juegan los poderes públicos y sus instituciones, su papel es organizar la participación ciudadana para que su visión retroalimente la operatividad, la funcionalidad y el sano y armónico desarrollo del ejercicio de gobierno, humanizando la función más importante del Estado: servir al pueblo.

Agenda

  • El Presidente Peña Nieto convocó la suscripción del “Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar”, con el propósito de paliar los impactos que tendrá el incremento de los precios a las gasolinas. Algunos actores como COPARMEX, gobernadores, entre ellos el Lic. Omar Fayad Meneses, y partidos políticos han presentado propuestas complementarias.

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