Para decirlo en perspectiva, en las últimas décadas perfeccionamos los procedimientos electorales, pero descuidamos el desarrollo de una cultura cívica que acompañara de manera sincrónica los procedimientos con la generación de nuevas prácticas políticas y un ejercicio eficaz del poder obtenido por la vía democrática.” ENCCIVICA, Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente INE.

La cultura cívica, la democracia y la participación ciudadana, son virtudes que refieren la interacción activa de los sujetos sociales en su relación con los distintos ámbitos de la vida política, económica, cultural y social, que expresan desde la vida pública su contribución al desarrollo de las oportunidades de la sociedad.

El deterioro de la cultura cívica tiene sus raíces en el anquilosamiento de las estructuras institucionales, en la obstrucción de la participación ciudadana como derecho humano, en la falta de sentido axiológico del interés público en la vida democrática, y en la apática relación de los actores políticos mandatados, sujetos a la ética de la función pública.

Aunado a ello, el inmovilismo y la verticalidad institucional y partidista, son causales de la crisis que experimenta la representación ciudadana afectada por la carencia de nuevas prácticas políticas e insuficiencia democrática del poder obtenido a partir de las urnas.

Nada lastima tanto al tejido social como lo cosmético de la acción política, el maquillaje de la operatividad, o el disfraz que esconde lo que no se ha hecho, o ha sido hecho de manera deficiente.

La matriz lógica de esta descomposición orgánica de la institucionalidad de los poderes públicos y la carencia de estructuras ciudadanizadas, explican la sombra que esconde la descomposición social del país, el creciente aislacionismo de la ciudadanía, y la pérdida del sustento valórico de su causa última: la armonía social.

La calidad de la cultura cívica en la respuesta interpretativa del Estado, debe contemplar la modernidad de los sistemas, el sentido virtual del ejercicio público, el gobierno digital y la profesionalización burocrática para superar la carencia de probidad institucional, que hoy amenaza al orden sistémico.

En esta lógica de Reforma del Estado, la dinámica social crea una sinergia para encauzar el desarrollo de nuevas estructuras para preservar los derechos civiles e impedir que el tejido social sea avasallado por el atropello y el ostracismo del Estado.

De poco o nada sirve una modernización de la función administrativa, si deja de lado el sincretismo que hemos hecho de nuestros derechos civiles con la participación ciudadana como derecho humano y vinculo transversal de las acciones públicas, porque genera inopia política, desarraigo social e ingobernabilidad del Estado.

El laberinto no termina aquí. Si hoy reclamamos sobre la desigualdad, es porque las oportunidades sociales han sido postergadas, ante las asimetrías de una esfera pública inconexa de la sociedad.

Pero no todo es obscuridad. La conquista ciudadana que edificó el Sistema Nacional de Transparencia, puso un freno a los apetitos que nos han hecho naturalizar la opacidad pública. Hoy su activismo se refrenda con la creación y rectoría ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, deberá enfrentar las carencias de probidad de nuestras estructuras institucionales y sus actores políticos.

No podemos equivocarnos, la ruta exige prospectar, anticipar desde la inteligencia institucional y social, el rubro de oportunidades de un Estado que se hace presente en armonía con la participación ciudadana y provee, más allá del marco jurídico, el procesamiento del conflicto social y un flujo intersistémico de comunicación que retroalimenta sus acciones desde la ciudadanía.

2018, año electoral, no puede constituir sólo una cita de legitimación del poder público en el acostumbrado revés de la trama, donde el tejido social es comparsa de un proceso sórdido y de guerra mediática, con el componente inescrupuloso del ataque personal, que ha vulnerado la credibilidad de partidos y candidatos, anulando la importancia de la plataforma electoral, del proyecto político y del sentido irrestricto del voto programático, que exige la sociedad.

La transformación del modelo político y de gobierno vigente, sólo será posible en la medida que la participación ciudadana constituya el vínculo compresivo del Estado, como el máximo poder orgánico de vertebración de lo público, donde la cultura política sea el componente indisociable de la participación ciudadana como derecho humano, que elevado a rango constitucional, genere transversalidad y cohesión a los procesos públicos, más allá de las convocatorias electorales.

En este sentido, los vasos comunicantes de la gestión pública no se reducen a la estructura institucional y deben ser ampliados de cara al próximo proceso electoral; razón de interés social al que se suma el Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo, como espacio medular de la participación ciudadana organizada, que encauza, cualifica y fortalece la retroalimentación ciudadana, para un ejercicio eficaz del poder obtenido por la vía democrática desde una perspectiva, abierta y plural.

En este sentido el CCCEH, admite consecuentemente que la nueva asimilación-acción de la gestión pública horizontal podrá ser exitosa si la participación ciudadana como derecho humano se vuelve el eje de toda estrategia en la toma de decisiones del quehacer público. Vínculo que no sólo es lógico, sino necesario, porque donde existe horizontalidad publica, la legitimidad es la constante del ejercicio de gobierno y precipita el equilibrio de la transformación social.

En este contexto, la participación ciudadana es uno de los componentes esenciales de la democracia directa y el cociente político de la democracia representativa, caras del poder político poco exploradas en la complejidad del Estado y determinantes para afianzar el proyecto de Nación.

El imperativo político de la Nación debe ser brindar nuevos mecanismos y espacios ciudadanos en el quehacer público para dejar atrás los atavismos del clientelismo, la demagogia y el gatopardismo, porque niegan el valor de la ciudadanía como artífice de la obra política del Estado.

Agenda

  • El Presidente Enrique Peña Nieto presentará el 5º Informe de Gobierno en un momento vital para el desarrollo del país: la negociación del TLC y la reestructuración de las fuerzas políticas ante el proceso electoral de 2018 que iniciará formalmente el 8 de septiembre.
  • El Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y el Gobernador de Hidalgo Omar Fayad Meneses, inauguraron la XI Cumbre Hemisférica de Alcaldes que tuvo como sede la ciudad de Pachuca, Hidalgo en la cual se prospectaron los nuevos principios de desarrollo urbano e integración latinoamericana en un ámbito de desarrollo y seguridad humana.
  • Se inauguró la Edición Número 30 de la Feria Universitaria del Libro (FUL), tiene como invitado al Estado de Israel y como tema “La Educación para el Desarrollo Sostenible.”

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