El nombre de Emilio Ricardo Lozoya Austin director de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante el sexenio de Enrique Peña Nieto aparece en varios de los escándalos de corrupción más grandes de los últimos años. En los cerca de tres años que duró su gestión habría recibido millonarios sobornos de empresarios a cambio de adjudicarles contratos de obras públicas (ampliación de la refinería Miguel Hidalgo, en Tula, Hidalgo a la constructora brasileña Odebrech y otros a la constructora española OHL); desviado al menos 2,144 millones de pesos con ayuda de la Universidad Autónoma del Carmen por medio del mecanismo de desvío de recursos públicos conocido como Estafa Maestra, y operado la compra
fraudulenta de Agro Nitrogenados y Fertinal por las que Pemex tuvo una pérdida de 13,552 millones de pesos más 8,466 millones de pesos que se gastarán en rehabilitar una parte de la chatarra adquirida, y con la que habrían resultado beneficiados un grupo de empresarios y el propio Lozoya.
Desde febrero de 2020 Lozoya Austin se encuentra preso en España en donde ha iniciado un procedimiento de extradición para que pueda ser regresado al país y enfrentar el proceso penal ante las autoridades mexicanas. El proceso penal en su contra es importante y podría ser histórico por varias razones, entre ellas, porque por primera vez, se responsabilizaría penalmente a quien fuera director de la paraestatal más importante del país por una larga lista de delitos cometidos desde Pemex en agravio del Estado mexicano. Aunque las órdenes de aprehensión que dieron lugar a su captura lo acusan sólo de tres delitos: asociación delictuosa, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero), habría que agregar a la lista otros delitos por hechos de corrupción, entre ellos, ejercicio ilícito del cargo, uso ilícito de atribuciones y facultades, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencias,
enriquecimiento ilícito, por mencionar algunos.
Lozoya Austin no actuó solo y ha dicho que está dispuesto “a colaborar, y a manifestar la verdad histórica y jurídica de todos los hechos suscitados, en el periodo en que me desempeñé como director general de Petróleos Mexicanos, en donde aclararé que funcionarios del nivel que sea, intervinieron en lo que hoy se investiga”. Esto es especialmente
relevante porque dado el diseño de gobierno de la paraestatal, aunque ocupó un puesto extremadamente poderoso no pudo haber actuado silenciosa y solitariamente; Pemex se dirige y administra en forma conjunta y solidaria por el Consejo de Administración (órgano supremo de administración de la paraestatal) y por un director general. Por tanto, aunque Lozoya Austin es una pieza muy importante, junto con él tendrán que ser llamados a cuentas y responder por las acusaciones (lo que cada uno hizo o dejo de hacer) otra y otros exservidores públicos del
primer círculo del entonces presidente Peña Nieto, entre ellos, cuatro exsecretarios de Estado: el de Energía, el de Economía, el de Hacienda y Crédito Público y el de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Para leer estudio completo: Clic aquí