Hoy tendrá lugar la conversación pendiente entre Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes, y el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es público que hay una diferencia política de fondo y también que el desencuentro tiene como escenario muy posible la renuncia del secretario.
Una serie de decisiones presidenciales han venido subordinando la responsabilidad del funcionario a los mandos militares.
La construcción del aeropuerto de Santa Lucía fue encomendada al Ejército, lo mismo que un tramo importante del Tren Maya. Más recientemente, el mandatario anunció que la administración de los puertos y las aduanas del país también pasarían a manos de las Fuerzas Armadas.
Esta pugna confronta a los poderes civil y militar y, al parecer, Jiménez Espriú no está dispuesto a convertirse en un empleado menor de las secretarías de la Defensa y la Marina.
El viernes de la semana pasada López Obrador anunció, desde el puerto de Manzanillo, que, para combatir la corrupción, el tráco de drogas y el trasiego de armas lo mejor era retirar a los
funcionarios civiles de sus cargos.
Por: Ricardo Raphael
Fuente: El Universal