*Por Leticia Ramírez de Alba Leal

El Índice de Víctimas Visibles e Invisibles (IVVI) de México Evalúa se centra en las víctimas afectadas directamente por un acto criminal y también en los individuos cercanos a la víctima, es decir, en sus familiares inmediatos. Esto debido a que la familia nuclear no queda indiferente ni exenta de sufrir daños psicológicos o materiales, cuando uno de sus integrantes experimenta un acto criminal. La investigación considera a los integrantes de la familia como las víctimas invisibles, a las que por lo regular no se les ve o no son tomadas en cuenta. Por lo tanto, el estudio estima la densidad de las víctimas invisibles, a partir de la proporción de las víctimas visibles.

La información expuesta es alarmante ya que permite observar que el crimen violento aumentó a tasas crecientes durante los últimos cinco años, en toda la República Mexicana y que, además, los delincuentes están expandiendo sus fronteras. Las cifras presentadas confirman que, en nuestro país, cada vez más personas se convierten en víctimas del crimen violento. Basta ver la evolución de las denuncias de delitos violentos reportadas por los Ministerios Públicos al Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP): el homicidio, el secuestro y el robo con violencia empezaron a crecer aceleradamente entre 2006 y 2007 y la extorsión -que ya mostraba una tendencia ascendente desde los años noventa- se disparó a mediados de 2007.

Al principio de la administración de Felipe Calderón el crimen y la violencia se habían caracterizado por concentrarse en determinadas zonas geográficas. No obstante, durante los últimos cinco años, estos fenómenos parecen extenderse a otras regiones. De las catorce entidades que se ubican en las primeras posiciones del ranking del IVVI para 2011, diez estados se agrupan en tres regiones y cuatro aparentemente no forman parte de ningún grupo. El primer grupo, constituido por los estados que conforman el denominado “triángulo dorado”: Chihuahua, Durango y Sinaloa, corresponde a entidades que ocuparon tres de los primeros cinco lugares del ranking del IVVI, tanto en 2010 como en 2011.

El segundo grupo, integrado por Michoacán, Guerrero, Morelos y Distrito Federal, se refiere a entidades que se ubicaron por encima del promedio del IVVI Nacional, tanto en 2010 como en 2011. El tercer grupo, integrado por Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí, se caracteriza por situarse por debajo de la media nacional en 2010 y por encima de ella en 2011. Baja California, Aguascalientes, Tabasco y Quintana Roo se ubican por encima del IVVI nacional, pero no comparten fronteras con otras entidades “violentas”.