[h3]INTRODUCCIÓN[/h3]

Como red de segundo piso –formada por organizaciones y no por personas– la Red por la Rendición de Cuentas ha observado que la fragmentación de esfuerzos e iniciativas favorables a la rendición de cuentas en México ha sido una de las causas principales de buena parte de los problemas de gestión que afronta el país. Y por ese motivo, no sólo ha promovido la multiplicación de contactos y la coordinación de esfuerzos entre organizaciones que habían venido desarrollando sus actividades de manera más o menos aislada y desde planos muy diferentes, sino que también ha impulsado una deliberación colectiva en torno de las pautas típicas del proceso de política pública.

Este libro forma parte de ese proceso. Tras la publicación de muy diversos trabajos de investigación académica que han diagnosticado la falta de rendición de cuentas en México y luego de años de esfuerzos y de experiencia acumulada por el periodismo de fondo y por muy diversas organizaciones de la sociedad civil, comenzó a ser evidente que las nuevas instituciones públicas nacidas del cambio político de finales del siglo XX y principios del siglo XXI, dedicadas a la transparencia, a la fiscalización y a la evaluación de la gestión pública, debían articular sus trabajos para consolidar el régimen democrático del país. Las nuevas instituciones de la democracia mexicana, como el IFAI, la Auditoría Superior de la Federación y los órganos dedicados a la evaluación de políticas públicas han advertido, una y otra vez, de la necesidad de vincular y armonizar sus esfuerzos entre sí y en los tres niveles de gobierno para potenciar sus resultados y ofrecer garantías de rendición de cuentas en todos los planos de la gestión pública.

Gracias a la labor de esas instituciones, de la academia y de la sociedad civil, se han ensanchado las posibilidades de conocer datos y documentos de la administración pública; se han conocido detalles de la operación financiera y del desempeño de las entidades públicas que antes pasaban inadvertidos; y se ha generado una nueva y creciente cultura de la evaluación de políticas, que en el pasado ocurría de manera más bien marginal y acaso como parte del control interno de la administración pública. Puede afirmarse que durante los últimos tres lustros, México ha vivido cambios normativos e institucionales muy favorables para conocer y evaluar la forma y los resultados de la gestión pública. Y sin embargo, todavía es imposible sostener que esos cambios hayan desembocado en un sistema articulado de rendición de cuentas ni, mucho menos, que haya consecuencias tangibles de esos esfuerzos en la calidad y la eficiencia de nuestros gobiernos, en la transparencia de los poderes y los tres niveles de gobierno, en la vigilancia y la corresponsabilidad pública de los quehaceres gubernativos o, incluso, en nuestras percepciones públicas sobre la corrupción y la impunidad. El diagnóstico compartido nos dice que a pesar de los cambios generados durante estos años y del buen desempeño de las nuevas instituciones públicas dedicadas a garantizar el acceso a la información, la fiscalización de los gastos y la evaluación de políticas, los resultados en materia de rendición de cuentas siguen siendo insuficientes.

Tras los diagnósticos compartidos en la Red por la Rendición de Cuentas y, a despecho del sentido de urgencia al que convoca la falta de probidad pública en México, se haya preferido la profundidad del análisis que la prisa de proponer soluciones sin haber estudiado, documentado y deliberado las causas que han generado el problema. La Red quiere promover una política de rendición de cuentas que sea verdadera y ese adjetivo reclama la parsimonia y la reflexión de fondo para situar causas y buscar las mejores soluciones factibles, antes que añadir presiones u ocurrencias para salir del paso de cualquier modo, o de sumarse sin más a alguna de las propuestas de cambio que ya circulan en nuestra agenda pública. Si advertimos que, a pesar de los éxitos de las nuevas instituciones democráticas del país, sigue revaleciendo la falta de rendición de cuentas; y si asumimos que esa pieza del cambio político es indispensable para consolidar el régimen democrático, lo que corresponde es promover la deliberación colectiva, responsable y bien informada, para documentar esas causas.

Tras el diagnóstico, había que definir la causalidad del problema. Con ese propósito en mente convocamos al Seminario Internacional en el que se originó este libro. Nuestra hipótesis ha sido, como ya se dijo, la fragmentación de las normas, de las instituciones y de los muy diversos esfuerzos sociales que se han emprendido a favor de la rendición de cuentas en México. Aprovechando la muy valiosa diversidad y experiencias de los integrantes de la Red, el seminario se organizó en torno de seis de las expresiones más evidentes de esa fragmentación: la conceptual, que está en la base de las causas de cualquier problema mal definido –y más aún cuando nadie sabe bien a bien de qué habla cuando habla de rendir cuentas–; la institucional, que se refiere a la multiplicación y descoordinación de los órganos creados por el Estado para esos fines; la de sistemas de gestión, que abruma y entorpece la administración pública; la normativa y legal, dispersa en el cuerpo constitucional y en decenas de leyes y reglamentos; la social, que ha impedido reunir talentos y esfuerzos sociales en una sola dirección; y la política, que está en el fondo de los obstáculos advertidos.

Fieles a sus orígenes democráticos, el Seminario fue convocado con el IFAI mientras que esta publicación se hace con los auspicios de la Auditoría Superior de la Federación: las dos instituciones públicas que desde un principio se sumaron a los trabajos de la Red y cuya colaboración ha sido decisiva para situarla como un punto de referencia en el debate público mexicano, con la mayor seriedad. Y a diferencia de otros seminarios afines, el destinado a discutir las causas del problema que nos reúne no pidió ponencias de especialistas –excepto las de nuestros invitados de otros países–, sino que puso sobre la mesa documentos de trabajo escritos por los integrantes del Consejo Asesor de la Red, en los que se describían las distintas causas de la fragmentación de la rendición de cuentas en México. Fueron esos documentos los que animaron las discusiones en las seis mesas de trabajo y los que, corregidos y revisados luego de la deliberación en el seminario, se publican ahora para continuar el debate público. El libro está antecedido de un prólogo escrito por Juan M. Portal M., el Auditor Superior de la Federación y por la conferencia que dictó, en el marco del seminario, la presidenta del IFAI, Jacqueline Peschard, quienes desde la mirada de las instituciones que dirigen subrayan la importancia de avanzar hacia la construcción de la política que le da sentido a la Red.

Con esta publicación, la Red quiere proponer una primera definición del problema desde sus causas y promover la reflexión colectiva que sigue: la que podría llevarnos a diseñar los puntos de referencia para modificar esas causas y animar un nuevo debate, mejor informado y siempre propositivo, capaz de anclar soluciones de largo aliento para forjar un sistema articulado, coherente y completo de rendición de cuentas: esa pieza todavía insuficiente de la democracia y la responsabilidad pública en México.

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