Por Sergio Rivera Sánchez*

El desarrollo de una ciudadanía sensible a las necesidades prioritarias del país se hace cada vez más evidente entre algunos grupos sociales. La intensidad y volumen de los movimientos estudiantiles de los últimos días nos recuerdan que vivimos en un México transformado, en el que la democracia no es sólo un artículo más del discurso mercadológico-político. La vida democrática comienza a aflorar en colectivos diversos, más allá de su filiación intelectual o formación profesional e, incluso, de su pertenencia a organizaciones. Para quienes hemos seguido el proceso de democratización y ciudadanización de la política desde hace años, el entusiasmo por ver surgir al “ciudadano real” no puede ocultarse.

Una ventaja potencial de este movimiento social masivo es la renovada visibilidad de causas auténticas de la ciudadanía. Esto es especialmente importante cuando los medios informativos nacionales privilegian una cobertura extensa pero casi exclusiva de las campañas presidenciales. Los encabezados se saturan de promesas, incidentes y manifiestos varios que desplazan aspectos dramáticos de la vida cotidiana, así como la voz ciudadana que, en otras temporadas, asoma de manera más frecuente.

Ante la movilización, empero, no puede ignorarse la fuerza representada, sobre todo cuando se presentan como potenciales votos. Se ha reconocido recientemente el importante porcentaje de nuevos votantes; éstos no dejarán de ejercer sus derechos electorales, como lo hacen abiertamente con sus libertades civiles básicas. Para bien, esto ha significado que los candidatos a la Presidencia de la República también hayan ajustado sus campañas para atender a estas voces vibrantes.

Enrique Peña, presentó hace una semana un manifiesto sobre “transparencia y rendición de cuentas para una democracia de resultados”. Las propuestas sobre el tema, como se recordará, se habían examinado en espacios como esta Arena Electoral con resultados poco menos que aceptables. Empero, el manifiesto aludido pone en evidencia la adopción exitosa de propuestas como las de la Red por la Rendición de Cuentas (RRC) a la plataforma política de la campaña.

Destaca que el comunicado mencione medidas prioritarias concretas, entre ellas: la autonomía del órgano garante federal en materia de transparencia, la ampliación de su competencia hacia los poderes legislativo y judicial federal e, incluso, hacia los gobiernos de los estados en torno al principio constitucional de máxima publicidad de la información pública gubernamental. Constituye esta una respuesta concreta, formal y sensata ante la propuesta equivalente de la sociedad civil.

Esta acción mueve a la reflexión sobre el diálogo como valor democrático, en tanto se constituye en la única herramienta a la mano para alcanzar consensos, al menos por vías racionales. La voluntad de participar y perseverar en el intercambio de ideas debe, por tanto, ser reconocida.

El segundo caso es el de la candidata presidencial Vázquez Mota. Al final de la semana pasada, durante una reunión con la RRC, la panista perfiló el diálogo como camino para la formación de compromisos. En este acto se recibió no sólo un compromiso abstracto sino una detallada exposición de las intenciones de la abanderada en la materia.

Inclusive, se abundó en propuestas adicionales como la necesidad de revisar la normatividad sobre coordinación fiscal con el objeto de minimizar espacios susceptibles a la corrupción. La candidata también fue crítica al señalar que debemos repensar seriamente la participación ciudadana y sus métodos. Coincidió, por ejemplo, con la postura de organizaciones como Sonora Ciudadana en el sentido de que los mecanismos de consulta son insuficientes para la incidencia efectiva, por su alta dependencia en la voluntad política. Por último, enfatizó la necesidad de continuar con los trabajos para asegurar conjuntamente la viabilidad de esta serie de medidas.

Resalta, entonces, la capacidad de estos dos aspirantes para atender a las demandas legítimas que, entre otros, han hecho visibles los estudiantes y los activistas sociales, mismas que han sido refinadas por el trabajo comprometido de organizaciones, académicos y actores gubernamentales. Esto refleja que existe apertura a este diálogo necesario, del cual aún aguardamos dos respuestas trascendentes, por parte de los otros abanderados a la Presidencia de la República. Es tiempo.

*Licenciado en Derecho por la Universidad Veracruzana, Maestro en Gobierno por la Universidad de Essex y Maestro en Derecho por la Universidad de Edimburgo. Presidente del Consejo Directivo de ONG Contraloría Ciudadana para la Rendición de Cuentas, A.C. serivesa@yahoo.com  / www.contraloriaciudadana.org.mx