Las múltiples crisis desatadas por el COVID-19 en México continúan y a su paso destapan una serie de deficiencias estructurales en el acceso equitativo a derechos y oportunidades, particularmente en materia de salud y bienestar. Previo a la pandemia, una de cada dos personas en México carecía de acceso a la seguridad social, el 16% carecía de acceso a
servicios médicos, tres de cada diez recetas no eran surtidas en las farmacias públicas del país (Secretaría de Salud 2020) y el gasto de bolsillo
en medicamentos rondaba en el 41.4%. Ahora, la crisis sanitaria amenaza con sumar a más de 10 millones de personas a las filas de pobreza, al mismo tiempo que pondrá en jaque la capacidad de respuesta de nuestro sistema de salud.

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