Los manuales de campaña al equiparar la competencia electoral con la guerra, hablaban hace no mucho, unos veinte años, de tres frentes de batalla. El frente de tierra, que es el toque de puertas, el de la caballería que es la propaganda visual con carteles y pintas y el frente “aéreo” que corresponde al proselitismo en los mass media, televisión y radio principalmente (spots).

Ahora en tiempos de la Sociedad Red planteada por Castells y de la autocomunicación de masas, el ciberespacio se ha convertido en un frente adicional de las campañas electorales. Las Comunidades Virtuales en Internet (CVI), mal llamadas redes sociales, como twitter y facebook están convertidas en verdaderos teatros de guerra por el voto.

Sin embargo hay otras aplicaciones de la web 2.0 como watsapp (que es una profunda evolución de los mensajes sms vía teléfonos celulares, antes de convertirse en smartphones), que por funcionar también como CVI, son una vía de acercamiento a los electores más personalizada y por lo tanto más directa, eficaz y hasta “gratuita”.

Sólo que precisamente por esto, se requiere para explotar esta vía, por lo menos un dato personal, el número de la cuenta de watsapp, el cual es asignado por la aplicación a partir del número del teléfono móvil o celular como lo conocemos más nosotros.

En Tlaxcala ha trascendido en los medios (seguro que no debe ser el único en el país) que el candidato del PAN a diputado federal por el Distrito 02, está enviando videos por esta vía. Y la pregunta que se hacen muchos, de sus detractores desde luego, es ¿Quién le dio o cómo obtuvo su número?

He comentado en el muro de Facebook de uno de mis amigos que se ha quejado de ello que en materia del derecho a la protección de datos personales que poseen los partidos políticos en el ámbito federal, el asunto está en el limbo porque los diputados federales y senadores no han aprobado la Ley General en la materia, que tenía como plazo el 7 de febrero pasado. Pero que en el ámbito local, en Tlaxcala por ejemplo, sí se pueden ejercer los llamados Derechos ARCO (Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición), es decir cualquiera que se sienta afectado con este tipo de acciones puede pedirle al PAN que explique qué datos personales tienen en su poder, y en caso de que tengan por ejemplo un número de celular, exigir que lo borren de sus bases de datos. Digo que mucho hay todavía que aprender para hacer que se respete nuestra privacidad y he formulado una pregunta incómoda en ese mismo comentario ¿Estaremos dispuestos a eso? ¿O sólo a publicarlo en el Feis?

De alguna manera dicho candidato, quien tiene permiso del Ayuntamiento que presidía o sea es uno de los llamados “chapulines”, había declarado ya en entrevista a un medio local que su campaña “también será un parte aguas en el tema de la comunicación y para muestra de ello es que pone a la disposición de la población del II (sic) Distrito su número personal de Whatsapp: 246 155 74 91 en donde personalmente atenderá los mensajes que le envíen.” O sea que estaba alertando que el también mandaría tales mensajes.

Sin embargo observando las fotografías de los impertinentes “wats”, resulta que son varios números y no corresponden al mencionado arriba.

El caso es que otra amiga, compañera académica ella, igual publica en su muro del feis, su queja de que le llegó el dichoso mensaje y me pregunta qué se puede hacer desde el tema de la protección de los datos personales.

Le contesto que, perdón por auto citarme: “Yo sugiero que hagas una solicitud al Comité Ejecutivo Estatal del PAN, en base a lo establecido en el Título V de la Ley de Protección de Datos Personales del Estado de Tlaxcala, particularmente el artículo 55, en la que le solicites te permitan el Acceso a tus datos personales que tengan en sus bases de datos. Y en cuanto te respondan (si es que le responden), solicitar la Oposición de que tus datos permanezcan en tales bases, es decir que las eliminen.” Le digo que “Es el ejercicio de los llamados Derechos ARCO (Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición).

Y como para animarla a ejercer este derecho, aunque creo que logré lo contrario, le compartí tres links: El de la Ley respectiva, el del formato elaborado por la Comisión de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Tlaxcala (CAIPTLAX) para tal solicitud, y el del ABC de los Datos Personales que hicimos en la COMAIP.

Y mientras estas violaciones a la privacidad ocurren, nuestros diputados y senadores no dan señales de cuando tendrán la Ley General de Protección de Datos Personales a casi tres meses de que debieron haberla aprobado.

Bueno pues ahí dejo mi reflexión que quizá interese a los Comisionados progresistas del IFAI, no así a los oficialistas (peñistas y panistas disfrazados).

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