Existe en este país el crimen organizado, lo han llenado de inseguridad, miedo y muerte. Están también los funcionarios corruptos que sin vergüenza ni disimulo desvían miles de millones de pesos, hacen funcionar las redes de corrupción y tenemos también a aquellos particulares millonarios instantáneos que funcionan como comparsa de los delincuentes y los funcionarios corruptos.
Existen también los “transas comunes” ahí tenemos a los que venden piratería, los coyotes que consiguen los permisos sin realizar los trámites, los tránsitos con las famosas mordidas, los inspectores que extorsionan para no clausurar, y los empleados de servicios exigiendo propinas. Para que todos ellos puedan existir es necesaria la contraparte y son los que compran la piratería, los que piden el favor del trato diferente y pagan por los servicios de impunidad y gestiones fuera de la norma, incluso el que se siente orgulloso y presume su habilidad para dar mordidas y evadir multas.
Aunque todos criticamos estas conductas, sabemos que están mal y que frenan a México, también es cierto tenemos normalizada la participación en ellas, lo justificamos, y arrojamos toda la culpa de la corrupción a la autoridad sin asumir la colaboración ciudadana que la facilita.
También hay muchos ciudadanos honestos, que no participan en los actos corruptos, no dan mordidas, no piden favores, no compran piratería y por eso piensan que viven totalmente del lado correcto; gente que trabaja diario. Estos ciudadanos piensan que ser correcto y derecho es lo mejor que pueden hacer y han perdido de vista que ¡La pasividad ante los horrores es complicidad con los mismos!
¡Debemos de dejar de pensar que hacemos bien solo porque no hacemos mal! ¡Qué no sea suficiente para nuestras conciencias el no participar de la corrupción y la infamia para estar en paz!¡Debemos sentir la necesidad urgente de remar para el otro lado! Contemplar el mal y solo quejarnos, nos hace ser parte del problema.
Un estudio reciente señaló al crimen organizado como el 5º empleador de todo el país, esto nos hace tener que admitir que la economía del país está siendo fuertemente movida por la ilegalidad. Lo han aceptado las autoridades, lo hemos asumido todos como de imposible de reparación.
Es importante fortalecer a los menos favorecidos para evitar que se sumen a las filas del narco y la delincuencia, es urgente aplicar toda la fuerza social para dar alternativa de vida y usar toda la fuerza punitiva en conjunto para desincentivar con consecuencias a quienes permanezcan en ello. Necesitamos cero tolerancia con todo tipo de ilegalidad para poder cambiar este terrible destino nacional que nos lleva a tener cada día más inseguridad, muertos y corrupción.
¡No eres bueno porque no haces mal! Somos culpables por omisión, por asumirnos como víctimas sin esperanza. Organízate con tus vecinos, con tus colegas, con tus amigos, y en grupos ciudadanos exijamos un país diferente, hagamos juntos que algo bueno suceda, con exigencia ciudadana podríamos tener una economía legal y un gobierno honrado y funcional.
Fuente: Milenio