Este último número del año intenta recoger reflexiones diversas sobre la actual coyuntura del país y explorar los escenarios para 2018. En ese tenor, nos interesa el análisis de la procuración y administración de justicia, el proceso electoral del próximo año y la renegociación del TLC con Estados Unidos y Canadá.

En el actual escenario del país, predominan la desconfianza y la incertidumbre y, además, se ha generado un ambiente caracterizado por la división, la radicalización y la polarización en el que la clase política y los partidos exhiben su desprecio por la política, en aras de hacer prevalecer sus propios intereses y perpetuarse en el poder. Al mismo tiempo, es probable que desaparezcan los signos de avance en 2018, pese a ser un año clave en la reconfiguración del poder político y una oportunidad para avanzar en la solución de los grandes problemas del país.

Pero, ¿qué existe detrás de esa desconfianza?, ¿qué opiniones acompañan o nutren esta percepción social tan generalizada? Las respuestas apuntan hacia varios factores, entre ellos, que existe una incertidumbre generalizada con respecto a las oportunidades de bienestar propio y familiar; la población desconfía de que la política y la clase política contribuyan al bienestar social; se percibe que los políticos se preocupan poco por los intereses y las formas de expresión y propuestas ciudadanas; se ignoran los casos de rampante corrupción; y existe una evaluación errada del rumbo que lleva el país y de la economía nacional.