Los líderes del PAN, PRI, PRD y MC también, se deben bajar de su altar y entender que si no trabajan juntos y buscan el apoyo de la gente, tienen poca oportunidad de triunfo.
Las elecciones del pasado domingo en el Estado de México y en Coahuila son muy interesantes y útiles para definir caminos hacia delante. Los resultados arrojan que triunfó la máquina del gobierno en el Edomex pero no así en Coahuila, un bastión del PRI pero que además supieron escoger un buen candidato y el morenista era impresentable. No obstante, se han levantado muchas voces que han pedido la cabeza de Alito Moreno y de Marko Cortés por su ineficacia y su desdén hacia la ciudadanía. Se ha criticado que el PAN dejó semiabandonada a la candidata de la coalición, lo cual seguramente es cierto a pesar de los bastiones panistas en algunos municipios mexiquenses, y que al no ser la candidata de Alito, la maquinaria del PRI simplemente no estuvo aceitada para hacer su trabajo.
No voy tan lejos como para pedir la renuncia de esos líderes partidistas, pero sí exijo que se bajen de su pedestal. Que dejen de ver a los ciudadanos como sus canicas para conseguir los votos que les dan poder personal a cada uno de ellos; que por una vez en su vida política dejen sus intereses personales a un lado y vean primero por el país. Esa es mi única demanda. El horno no está para bollos y se requieren decisiones encaminadas a poner al país por delante. Quizás sea mucho pedir, demasiado para estos personajes, pero es lo MÍNIMO que pueden hacer por México.
Los resultados electorales indican que la abstención fue elevada, que faltó entusiasmo para respaldar a los candidatos, que no hubo suficiente trabajo político para convencer a los electores y acudir a las urnas. Pero aun así, como mencionó Enrique Quintana en su columna del martes, la diferencia en el número absoluto de votos en las dos elecciones fue muy pequeña entre Morena y la coalición Va por México. Ya sumados los votos de los partidos coaligados, la diferencia es casi cero si se suman los resultados de ambos estados. Es decir, las cosas están más parejas de lo que parece, por lo que la moneda está en el aire. Coincido con María Amparo Casar en esta apreciación que publicó ayer en Excelsior (https://www.excelsior.com.mx/opinion/maria-amparo-casar/las-dos-alianzas/1590963), pero para aspirar a ganar, según la doctora Casar, se requiere unidad, vencer el abstencionismo y tomar decisiones ya. Estoy totalmente de acuerdo. Los líderes del PAN, del PRI y del PRD (y de MC también) se deben bajar de su altar y entender que sin trabajar juntos y sin el apoyo y entusiasmo de la gente por una candidatura llamativa, se tiene poca oportunidad de triunfo. Se debe vencer el abstencionismo no sólo porque se apele a un deber cívico o debido a una amenaza terrible frente a nosotros que solo puede ser exorcizada con el voto, sino porque la gente debe entusiasmarse con candidaturas atractivas y prometedoras.