Prometer no empobrece, dar es lo que aniquila, y eso lo tienen muy presentes todos los candidatos a cualquier puesto de elección popular.
Voy a acabar con la corrupción, voy a disminuir en 50% los homicidios dolosos, voy a aumentar el empleo al doble, voy a tener un sistema de salud excelente, voy a mejorar el sistema educativo, voy a voy a voy a…. Los detalles interesantes no son los qué sino los cómo.
Si alguien piensa que va a arreglar el problema de la corrupción en 45 minutos, o con una agencia federal que dependa de la oficina de la presidencia, desde donde se condene o se exonere a los corruptos por la decisión presidencial, cargada de prejuicios, filias y fobias, amores y odios, diciendo. – yo sé que es honrado y es una buena persona por lo tanto no es corrupto, o al contrario, yo sé que es un conservador, neoliberal es un corruptazo. ¡No así no se combate la corrupción!
Si alguien propone acabar con la inseguridad, dando abrazos, ya vimos la cantidad de balazos que se han generado en el país, ¡No es definitivamente tampoco el camino adecuado!
La propuesta de salud como Dinamarca, centralizando todo, reduciendo el presupuesto para la compra de medicinas, vacunas y centros de salud, tampoco funciona. Se ha generado un nivel de desabasto de medicinas y vacunas sin precedentes, el sistema propuesto del INSABI de plano tronó y de todo el dinero que ahí se perdió nadie responde.
Pongamos atención en los cómos, en la forma en que los candidatos proponen las soluciones a los problemas, para ver si entienden el problema y si de verdad quieren solucionarlo o solo prometer para atraer votos.
Fíjate en los planes de gobierno, analízalos, piensa que tú vas a contratar a esta persona, abandona la idea de que las cartas están echadas y toma la responsabilidad que te toca, escoger bien, a una persona capaz, preparada y que presente propuestas reales a los problemas reales.
Los mil espectaculares, anuncios en tv con canciones o con declaraciones sin argumento, las bardas en todas las ciudades, todo eso es material vacío, no nos dice nada, no aporta elementos para decidir por quién votar. Analiza los debates, las entrevistas directas y los compromisos puntuales que se hacen a cada problemática y de ahí toma una decisión informada para tu votación.
Piensa bien, con profundidad, perspectiva de futuro, dale valor a tu elección, cada voto es el más importante, y debe representar lo que tú quieres para el país, tu estado y tu municipio.
Vota con la cabeza, no con la ilusión ni la ingenuidad, México está en tus manos estás a muy buen tiempo de informarte bien y tomar tu decisión correctamente.
Fuente: Milenio