Juan Ramón Collado, conocido como el abogado del poder en México, por tener clientes como el expresidente Enrique Peña Nieto, movió entre 2006 y 2015 un total de 120 millones de dólares (107 millones de euros) en Andorra, un país blindado entonces por el secreto bancario. El letrado controló en la Banca Privada d’Andorra (BPA) durante ese periodo 24 cuentas donde figuraron como titulares en la mayoría de los casos sociedades radicadas en las Antillas Holandesas. El abogado fue el beneficiario último de las mercantiles, según documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.

Las cuentas de Collado fueron congeladas junto a las del resto de clientes de la BPA en 2015, cuando el banco fue cerrado por presuntas irregularidades. Posteriormente, la juez andorrana Canòlic Mingorance embargó los fondos del abogado —85,7 millones de euros en 11 cuentas en el momento del bloqueo— por un supuesto delito de blanqueo de capitales. La investigación se archivó de forma provisional en octubre de 2018 después de que la fiscalía mexicana, entonces bajo el Gobierno de Peña Nieto, remitiera a la magistrada varios informes en los que exculpaba a Collado.

“Se desprende que [Collado] obtiene ingresos lícitos”, aseguró el ministerio público en la resolución donde decretaba el no ejercicio de la acción penal. El dictamen, firmado por Anahí Marcela Mendoza, y otros informes posteriores que exoneraban a Collado, propiciaron el archivo de la causa judicial en Andorra. La justicia de este país europeo no pudo condenar al letrado porque las autoridades mexicanas no acreditaron el origen ilícito de su dinero, una premisa indispensable para sentenciar por blanqueo…

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