En las próximas semanas se intensificará en Cámara de Diputados la discusión del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2014. Para efectos prácticos, es el primer PPEF que refleja las prioridades de política de la administración del presidente Peña Nieto y por ello resulta pertinente preguntarnos si estamos ante una propuesta de presupuesto que refleje cambios relevantes en las prioridades de política o más bien estamos de nuevo ante una propuesta meramente inercial.

Asumiendo que los márgenes de maniobra presupuestarios tienden a ser reducidos (una buena proporción del gasto está ya comprometido), tres son los atributos básicos que indicarían que no estamos ante otro presupuesto inercial al menos en materia de política social: uso de evidencia para alinear sus prioridades de gasto hacia la reducción de las carencias sociales, previsiones de transparencia y rendición de cuentas del gasto, y cambio de estrategia de negociación con el Legislativo para romper con la “coreografía inercial” de negociación establecida durante los últimos años.

¿Cumple el primer PPEF de Peña Nieto con estos atributos? Nuestro análisis en GESOC nos dice que hay mejoras relevantes en el uso de la evidencia y en los incentivos y estrategia con el Congreso, mas no en las previsiones de transparencia y rendición de cuentas del gasto.

Sí hay un cambio en la estrategia de negociación con el Legislativo. Durante las administraciones panistas la estrategia consistía en subestimar ciertas áreas de gasto para que el Legislativo identificara y repartiera una bolsa adicional de 70 mmdp. Sabedores de esta dinámica, en la SHCP (recordemos que el secretario Luis Videgaray y su equipo estuvieron en la Comisión de Presupuesto de la Cámara) optaron por el escenario opuesto: enviar una propuesta que lleva los techos de gasto hasta el límite posible (incluso con endeudamiento), lo cual obligará a la Cámara a debatir dónde recortar presupuesto y no dónde aumentarlo. Mientras que gastar más no pone en riesgo nada, recortar gasto sí conlleva ese potencial. Ello introduce la necesidad a la Comisión de Presupuesto de allegarse de evidencia mínima para asegurar que lo que recorta hace sentido y no pone en riesgo avances valiosos.

Sí hay una mayor alineación del gasto hacia las carencias sociales más graves y, en este marco, se están priorizando los programas sociales con mejor desempeño y se le está recortando presupuesto a los programas con carencias de desempeño y opacos. El incremento del gasto neto programable más relevante entre el 2013 y 2014 (en términos reales) se concentra en dos rubros: subsidios directos y de capital (21.1 por ciento) e inversión en infraestructura (12.1 por ciento). A su vez, en subsidios los incrementos se concentran hacia los principales rezagos sociales expresados por Coneval: seguridad social (95 por ciento), educación (75.1 por ciento), salud reproductiva (19.6 por ciento), vivienda (93 por ciento) y fomento al ingreso productivo (25 por ciento). Asimismo, estos aumentos se han concentrado en aquellos programas que, de acuerdo con el INDEP 2013 de GESOC, tienen un mejor desempeño y condiciones de transparencia, y se han castigado presupuestalmente aquellos programas con atributos opuestos.

No hay previsiones adecuadas y suficientes para profundizar la transparencia, la rendición de cuentas del gasto y la mejora de los programas presupuestarios con bajo desempeño. El Ejecutivo podría haber propuesto al Legislativo un anexo especial de transparencia, rendición de cuentas y mejora de la gestión que previera medidas para fortalecer la trazabilidad del gasto (sobre todo en entidades federativas); para subordinar asignaciones futuras a los programas actualmente opacos a mejoras en su transparencia, o a los de bajo desempeño a una agenda de mejora de su capacidad de gestión (recordemos que actualmente

4 de cada 10 programas sociales ni siquiera pueden identificar y estimar su población potencialmente beneficiaria); o bien la obligatoriedad de incorporar todos estos elementos a la cuenta pública y vincularlos con sus resultados anuales de gestión y de cómo éstos contribuyen a las metas de sus respectivos programas sectoriales.

El PPEF 2014 contiene avances interesantes, pero también falencias que no pueden ni deben ignorarse. La agenda para las organizaciones ciudadanas que integramos la comunidad de práctica de transparencia, rendición de cuentas y mejora de la gestión es clara: ayudemos al Legislativo a debatir y decidir sus recortes con base en evidencia y catalicemos la generación del anexo de transparencia y rendición de cuentas al decreto de Presupuesto. En ello estaremos las próximas semanas.

Fuente: Reforma/Enfoque