Los mercados se pusieron nerviosos ante los anuncios de avance del “Plan C” el cual consiste en reformas que eliminan los órganos autónomos encargados de vigilar la transparencia, las telecomunicaciones, la competencia económica y hacer las evaluaciones de los programas de gobierno, así como la transformación del INE y del Poder Judicial. No es para menos el nerviosismo, a ningún inversionista se le antoja un país donde no haya certeza jurídica, el gobierno actúe en lo obscurito, sin contrapesos, con democracia simulada y donde las reglas pueden cambiar en cualquier momento sin previo aviso y no haya nada que defienda su inversión.

De inmediato Claudia salió a calmar las aguas y decir que sí, pero no, que si habría reformas pero que no de inmediato porque se iban a analizar y platicar, lo que si fue de inmediato fue AMLO contradiciéndola y finalmente Juan Ramón de la Fuente, quien coordina la transición concluyó diciendo que la transición sería “sin ruptura, pero sin sumisión”

Ojalá que Claudia opte mejor por el “Plan M” de México, en el cual utilice todo su conocimiento y su entendimiento para buscar el bien del país sobre la obsesión de imponer ideologías. Ojalá que demuestre que será la primera presidenta de México y no una más de las marionetas de López Obrador, que se allegue de los mejores perfiles y estudien y analicen las estrategias para tener un país próspero, en calma y en paz. Eso queremos todos, a nadie nos debe interesar que le vaya mal, su éxito llevaría implícito beneficio para México y eso es lo que de verdad nos debe importar y esperamos que a ella también. Ojalá que se acuerde de todos los años que personalmente tiene en la lucha social y se dé la oportunidad ser ella quien lleve las riendas del país, que como doctora que es, no desprecie el conocimiento y entienda que representa a todos los mexicanos, pero además a todas las mujeres. Si se dedica a obedecer a AMLO, si se vuelve su vocera, le dará un tremendo golpe a la democracia, pero aún más fuerte golpe a las mujeres, pues trabajaría en favor de confirmar los discursos misóginos que piensan que las mujeres no pueden realmente con las grandes cargas de trabajo y responsabilidad y son solo una pantalla con hombres atrás manipulándolas. El Plan M tiene que buscar la reconciliación de la sociedad mexicana, tiene que pacificar el territorio controlando al crimen organizado, tiene que plantear estrategias económicas firmes y de certidumbre, tiene que combatir la corrupción de a deveras, su objetivo debe ser el bien de todo el país; el Plan M debe olvidar estar pendiente de los adversarios, dejar atrás los discursos de odio y las revanchas, no puede tomar acciones solo para demostrar poder. Que lleve su gratitud y su lealtad con AMLO en su corazón, pero no impacte las decisiones de gobierno, que sea una presidenta de todos y lo haga con inteligencia. ¿Es mucho pedir?

Fuente: Milenio