Blanca Lilia Ibarra Cadena remarca que gracias al trabajo del INAI se ha podido conocer información sobre temas como las vacunas COVID recibidas por México o cuánto costó la cancelación del NAIM.

Lo recuerdo bien: era un viernes. Los noticieros de la mañana reportaban marchas de madres buscadoras; las horas decisivas que enfrentaba el T-MEC para su renegociación; y un proceso electoral que acaparaba las portadas y titulares de los medios de comunicación -como sucede en la actualidad-.

Alrededor de las 11:00 horas inició la Sesión Ordinaria del Pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), la primera que tuve como integrante de ese órgano colegiado, en la que tuve la oportunidad de dirigir un breve mensaje a la sociedad para expresar mi compromiso con la defensa y garantía de los derechos humanos que tutela, así como para proteger y fortalecer las funciones de esa importante institución del Estado mexicano.

Aquella mañana estaba consciente de los retos y desafíos institucionales que tendríamos por delante, pero jamás imaginé algunas de las situaciones que desde aquel día hemos enfrentado. Por ejemplo, la crisis sanitaria global que tuvo impacto en todas las esferas de nuestra vida, y que nos hizo reorganizar la manera de realizar nuestras actividades cotidianas; la omisión para llevar a cabo los nombramientos para integrar legalmente el máximo órgano de dirección del INAI, que desembocaría en el impedimento para sesionar por la falta de quórum legal, pues hay que recordar que, desde mayo de 2022, contamos con un Pleno incompleto. Fue gracias a la habilitación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que pudimos continuar cumpliendo con nuestro mandato constitucional a cabalidad.

A seis años de aquella mañana del 11 de mayo, puedo reafirmar que mi actuar ha sido siempre apegado a los principios constitucionales, con el único objetivo de garantizar plenamente los derechos humanos de acceso a la información y de protección de datos personales, y contribuir a fortalecer la rendición de cuentas y la generación de conocimiento público en temas de gran relevancia para la agenda nacional.

También, a saber el número de niñas, niños y adolescentes en situación de orfandad por feminicidio; el número de personas detenidas por la tala ilegal en el bosque del Ajusco y en la zona boscosa de San Miguel Topilejo, en la Alcaldía Tlalpan de la capital del país; o, el número y la marca de vacunas que recibió México mediante el mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud.

Asimismo, en temas de interés particular, han permitido que las personas conozcan la información histórica de su fondo de ahorro; que accedan a su expediente de incorporación como beneficiarias de programas sociales; que cuenten con su historial laboral; o a conocer si existen cruces migratorios de una persona desaparecida, entre otros casos.

Con un año aún por delante, soy consciente de que aún tenemos desafíos significativos que afrontar tanto al interior como al exterior, particularmente, porque la existencia de los organismos autónomos como el INAI se ha puesto en el centro del debate público. Por ello, nuestras resoluciones son una vía para legitimar nuestro actuar y demostrar la utilidad social que tiene la labor del instituto.

Fuente: El Financiero