Ebido proceso, ni defensa, nada, la secuestradora fue sentenciada a muerte por sus propios vecinos en una deliberación de linchamiento y la sentencia ejecutada en el acto. Cosas como esta y peores aún se dan cuando no hay un estado de derecho, cuando no hay inteligencia policiaca, cuando el gobierno tiene tantos pactos con el crimen organizado que ha perdido totalmente la credibilidad, cuando el odio se vive en las calles, sabiendo que al gobierno no le importas como ciudadano, ni como sociedad, que solo quieren ver cuánto dinero del presupuesto se roban y que la seguridad es un tema donde no se van a meter para “no caer en provocaciones”.
El secuestro de una niña por su propia vecina en Taxco, Guerrero, donde la autoridad culpa a la madre por no tenerla todo el tiempo a la vista; el asesinato a mano fría de otro normalista de Ayotzinapa por un policía que luego se fuga; el secuestro de familias enteras en Sinaloa donde la autoridad dice que “así pasa” y que no dejen de ir de vacaciones; familias secuestradas también en Nuevo León, las balaceras en Chiapas, todos los candidatos y precandidatos asesinados por todo el territorio y Guanajuato encabeza la lista de los estados más violentos.
Necesitamos con urgencia que las candidatas a Presidenta y Gobernadora nos expongan un plan claro de la forma en que van a combatir la inseguridad. De entrada, cualquier candidata que se le ocurra decir que estamos bien en seguridad NO tiene mi voto. Quien no le vaya a entrar al problema de la seguridad o pretenda seguir por donde vamos mejor que ni se acerque. Abrazos y no balazos es una frase que se redujo a no hacer nada, a dejar hacer y dejar pasar la violencia. Candidatas, no nos hablen de magia, no nos prometan metas increíbles con tal de simpatizarnos. Necesitamos creer y saber que las fuerzas del Estado nos protegen, que están comprometidas con nuestra seguridad y que son más grandes que el crimen organizado, porque hasta ahorita lo visto es que el crimen ya ganó la guerra y nos tiene pagando tributo de perdedor sin que nadie meta ni las manos. No demos el país por perdido, Calderón inició una guerra que no supo cómo conducir, muchos votaron por Peña esperando que pacificara al país, no lo hizo, estaba más ocupado en robarse todo, muchos votaron por López Obrador, buscando una estrategia totalmente diferente y acabó siendo el sexenio con más homicidios dolosos en la historia. Votemos ahora por quien reconozca el problema y nos ofrezca una solución real, no demos por perdido a México, lo amamos demasiado como para abandonarlo.
Fuente: Milenio