Como parte de la vigilancia periódica sobre el gasto público que hacemos con el proyecto de Nuestro Dinero, en esta ocasión presentamos el reporte sobre los problemas en las compras del gobierno durante todo 2023. Los siguientes son algunos de los hallazgos principales:

  • Durante 2023, 80% de los contratos se entregaron por adjudicación directa, siguiendo la misma tendencia de este sexenio y de los gobiernos anteriores.
  • IMSS, ISSSTE y DICONSA encabezan la lista de más dinero entregado por adjudicación directa con 97, 33 y 13 mil millones de pesos sin licitación, respectivamente.
  • El gobierno federal aumentó de manera inusual los límites legales de montos para exceptuar las licitaciones públicas hasta en 153%. Esto le permite entregar contratos cada vez más grandes por adjudicación directa o invitación restringida en lugar de por licitación.
  • En 2023, el número de contratos en los que se publicó la convocatoria de licitación pública después de que inició el contrato fue el doble de 2022.
  • 1 de cada 4 pesos que se gastaron en contratos durante 2023 estaban mal clasificados en la plataforma CompraNet: se registraron como “otros”, en lugar de señalar si era licitación pública, adjudicación directa o invitación restringida.
  • En 526 contratos, no hay disponible ni un solo documento del proceso de contratación. Estos contratos suman más de 1,708 millones de pesos.
  • El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía reportó más del 30% de sus contratos, en total 107, sin subir un solo documento.
  • Birmex no tiene ni un solo documento para un contrato de más de 840 millones de pesos para adquisiciones de vacunas.
  • Más de 8,600 contratos por adjudicación o invitación restringida no tienen una justificación de por qué no se hizo una licitación pública. Esto implica huecos de información en el gasto de más de 116,000 millones de pesos.

Los contratos del gobierno siguen siendo el área con mayores riesgos para la corrupción y en donde seguimos detectando irregularidades e ilegalidades graves. Al analizar las compras públicas de 2023, se mantiene la tendencia de años y administraciones anteriores: 8 de cada 10 contratos se han entregado por adjudicación directa, sin licitación, donde destacan las instituciones de Salud, así como las encargadas de megaobras de infraestructura, como FONATUR o la SEDENA. En cierto sentido, ya no es una noticia el uso y abuso de esta figura tan controversial y problemática que el gobierno actual había prometido eliminar, o al menos limitar.

Sin embargo, hay nuevas preocupaciones que reportar. En el último año hemos detectado una serie de retrocesos graves en materia de transparencia y rendición de cuentas, pues cada vez el gobierno presenta menos y peor información sobre sus contratos. Además, encontramos también cambios legales que, de manera anómala, han incrementado hasta en 153% los límites de los montos a partir de los cuales se prohibía contratar por adjudicación directa o invitación restringida.

La opacidad avanzó de manera significativa, al mismo tiempo que el gobierno se dio a sí mismo una especie de “licencia para no licitar” para un grupo de contratos que antes no hubieran podido adjudicar directamente. Esto vuelve difícil para la ciudadanía poder vigilar el uso del dinero público y abre la puerta a más y peores irregularidades. En este análisis, te explicamos cómo gastó el gobierno en contratos públicos durante el quinto año de gestión de López Obrador.

Panorama general

En 2023, la Administración Pública Federal (APF) entregó 526,441 millones de pesos a través de 158,205 contratos de obras, bienes y servicios, los cuales se encuentran registrados en la base de datos de CompraNet. Estas cifras son tan grandes que implican un ritmo de gasto de un millón de pesos por minuto, 60 millones por hora o 1,442 millones cada día. Siguiendo la misma lógica, en promedio, cada hora se dieron 18 contratos públicos; 433 compras cada día. Estos contratos se entregaron a través de alguna de las 255 instituciones de la APF.

En conjunto, esos 526 mil millones de pesos son tanto dinero que alcanzaría para duplicar todo el gasto de la Secretaría de Educación Pública, que hoy tiene 17% menos presupuesto que hace una década. Precisamente porque se trata de una gran cantidad de recursos, fraccionada en decenas de miles de contratos, es que resulta fundamental contar con información de calidad para analizar con precisión cómo se usa cada peso y cada centavo.

Las tendencias por número de contratos para 2023 se asemejan a las de años anteriores. Como se ve en la gráfica siguiente, desde 2018 la proporción de contratos por adjudicación directa no ha cambiado. El 80% de los contratos se realizaron por adjudicación directa, el 12% por licitación pública, el 4% fue por invitación a cuando menos tres proveedores y el 5% por “otros”, que incluye contratos entre entidades públicas. Como puede apreciarse, esta categoría de “otros” es la única que sí ha aumentado en los últimos años. Aquí hay un problema importante de transparencia sobre el que regresaremos más adelante.

Número de contratos de la APF en CompraNet en el año (2018-2023)

La promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador desde su Plan Nacional de Desarrollo, al inicio de su mandato, fue la prohibición de las adjudicaciones directas. Al analizar el comportamiento de los últimos seis años es evidente que la tendencia no se modificó: la proporción de contratos entregados por adjudicación es la misma desde el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto y durante los cinco años que lleva López Obrador en el gobierno. El único cambio notable es el surgimiento y crecimiento constante de la categoría “otros”.

Si bien las adjudicaciones directas implican, en algunos casos, agilizar la adquisición de bienes o servicios, sí limita la competencia entre proveedores, permite que se reproduzcan prácticas de mayor opacidad y genera espacios de oportunidad para actos de corrupción. De ahí que sea pertinente analizar cómo suceden este tipo de contrataciones. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) encabeza la lista de instituciones que más gastaron en contratos a través de adjudicaciones directas, con más de 97,000 millones de pesos. El segundo lugar es el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) que gastó 33,000 millones y DICONSA, encargada de seguridad alimentaria con 13,000 millones. Es relevante notar que las tres instituciones de salud más grandes del país están incluidas en esta lista: IMSS, ISSSTE e INSABI, este último con casi 10 mil millones en adjudicaciones.

Top 10 instituciones con mayor monto en Adjudicación Directa 2023

Si bien el número de contratos nos da una idea de cómo se contrata, es necesario revisar también cuáles fueron los montos por cada mecanismo de contratación para tener el panorama completo. Encontramos que la licitación por primera vez en los últimos 4 años es el mecanismo de contratación por el que se ejercieron más recursos del gobierno. De cada 100 pesos usados en contratos, 49 fueron a través de licitación pública, 41 por adjudicación directa, 7 en “otros” y 4 por invitación restringida.

Número de contratos de la APF en CompraNet

A pesar de que inicialmente el aumento en monto por licitación pública aparenta ser una mejora, esto no se tradujo necesariamente en mayor competencia en las contrataciones públicas. La manera principal para contratar, de acuerdo con la Constitución Mexicana –por ser un concurso abierto y público que busca las mejores condiciones del mercado– debería de ser la licitación pública, pero el uso de licitación pública no está exento de malas prácticas.

¿Más licitaciones, menos competencia?

A pesar de que las licitaciones públicas concentran un mayor monto en 2023, encontramos que incluso cuando en la información se reporta como licitaciones públicas, los datos indican una posible simulación en la competencia. 2023 ha sido el año en el qué más contrataciones por licitación abierta se publicaron en CompraNet una vez que ya había empezado el contrato. Es decir, en lugar de que se publique una convocatoria para participar en un concurso público y ofrezca un plazo mínimo de días para que, quienes tienen interés puedan presentar una propuesta, lo que pasó en estos casos es que la convocatoria fue publicada una vez que el concurso ya inició.

En 2022, las licitaciones públicas de este tipo de casos sumaron un total de 311, en 2023 el número de contratos se duplicó. En total, fueron 632 contratos donde además la única manera de participación era vía electrónica; es decir, no había manera de hacerlo presencial y a pesar de ello la información referente a la convocatoria y las etapas de la contratación se publicaron después de la fecha de inicio del contrato. La institución que más replica esta práctica de competencia simulada es el IMSS, que tuvo 275 contratos, los cuales sumaron 45,641 millones de pesos.

El problema con esto es que ¿cómo puede haber competencia entre proveedores si el contrato inició antes de que se publicara la convocatoria?. Si bien, fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación, lo que encontramos es que la única manera de participar era a través de medios electrónicos, es decir de Compranet. Entonces, si solo se podía participar electrónicamente y la información de las bases de la convocatoria y las siguientes etapas de contratación se publicaron después del inicio del contrato, ¿qué proveedor tuvo la información para presentar propuesta y cómo se realizó si no fue a través de Compranet?

Lo anterior nos lleva a plantear que si se publicó la información para la licitación después de que inició el contrato, realmente la competencia pudo haber sido una simulación. Esto porque sí se catalogó como licitación pública pero la participación no cumplía con las condiciones de apertura planteadas por la ley.

Seguir cómo se usa nuestro dinero es más difícil cuando hay cientos de miles de contratos por adjudicación directa, ante las incongruencias del gobierno federal que promueve las licitaciones en el discurso pero no en la práctica y ante la publicación de información que no es vigente y simula competencia. A lo anterior se suma el reto de vigilar los recursos públicos cuando el gobierno nos da “otros” datos.

Los “otros contratos” de la 4T

Estos “otros contratos” alcanzan esta nueva clasificación con base en la información de cómo se contrató. Al analizarlos de cerca, encontramos que más de 129 mil millones de pesos se clasificaron como “otros” a pesar de que al analizar la información el procedimiento de contratación correspondía a concurso abierto, invitación restringida o asignación directa de las compras públicas.

El ejecutivo federal ha mencionado en más de una ocasión que ante quienes exigen rendición de cuentas, él y su gobierno tienen otros datos; y, por lo mismo, la información o cuestionamientos que se le plantean no tienen razón de ser. A pesar de ello en el análisis de contratos encontramos en 2023 que el gobierno literalmente catalogó miles de contratos como “otros”, en vez de especificar si se estaba contratando por licitación pública, invitación a cuando menos tres proveedores o por adjudicación directa.

Como reportamos durante los análisis parciales anteriores de 2023, Compranet se cayó en 2022 y durante el primer mes de 2023 no tuvimos información de ningún contrato realizado por la APF, lo anterior dificultó la transparencia mismo problema que obstaculizó el acceso a la información para la ciudadanía. Ahora tuvimos un problema adicional. Encontramos miles de contratos que se habían clasificado como “otros”. 1 de cada 4 pesos reportados estaban mal clasificados. Para realizar esta investigación tuvimos que hacer una reclasificación de estos contratos, que suman 129 mil millones de pesos y se clasificaron como “otros”. Luego de analizar la información que había de cada contrato, encontramos que realmente 66 mil millones de pesos corresponden a adjudicaciones directas y 63 mil millones a licitaciones públicas. Estas prácticas generan opacidad cuando la búsqueda de información no es accesible para toda la ciudadanía y dificulta la capacidad de hacer comparaciones con el pasado.

1,700 millones de pesos sin transparencia

No solamente tuvimos que reclasificar los contratos, sino que encontramos otros problemas de transparencia: hay 526 contratos donde no hay disponible ni un solo documento del proceso de contratación. Ni siquiera existe una liga en CompraNet para conocerlos. En otras palabras, existen más de 1,708 millones de pesos en contratos de los que no podemos revisar, por ejemplo, la justificación de por qué se le adjudicaron a cierto proveedor o qué bienes o servicios específicos adquirió el gobierno con nuestro dinero.

De las 255 instituciones de la Administración pública 63 tienen al menos una contratación sin documentos disponibles. Prácticamente una de cada 4 incumplió en transparencia y rendición de cuentas al solo capturar la información sin documentos.

Si analizamos estos contratos por monto, encontramos que entre las principales instituciones que incurren en esta práctica, donde no se publica la liga siquiera para conocer contratos, se encuentra Birmex en primer lugar con un solo contrato de más de 840 millones de pesos. La segunda posición es ocupada por el Hospital General de México Dr. Eduardo Liceaga con 71 contratos por más de 280 millones de pesos. Por su parte, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía tiene el tercer puesto con 107 contratos que suman un total de 246 millones de pesos. De nuevo, es importante enfatizar que de ninguno de estos contratos existe un solo documento disponible para consulta.

Top 10 Instituciones de la APF con mayor monto sin documentos disponibles