En el caso Nuevo León aprendimos que no es lo mismo lo que dice la ley a lo que se ventila en los medios. No es suficiente tener una campaña súper pagadora, con muy buena influencer de planta, bailes, colores y discursos aguerridos contra la vieja política si finalmente se termina jugando igual.
El camino complicado de Samuel hacia la candidatura era conocido por todos los que hubieran leído un poco la ley desde antes de que el juego empezara. Para poder ser candidato tenía que separarse del cargo seis meses antes, esto vencía el 2 de diciembre de 2023, y para eso necesitaba el permiso de su congreso local, recordando que ahí no tiene mayoría de ninguna forma.
El primer paso lo había conseguido, sin embargo, la ley también dice que es ese congreso adverso quien señala al gobernador interino y ahí empezaron los problemas. Samuel quería dejar en su lugar a su gente, el congreso poner a alguien afín a sus intereses y contrario a Samuel, se enfrascaron en un torbellino de litigios y así fueron y vinieron amparos y resoluciones que le daban a unos y a otros la razón. La pelea era en pocas palabras determinar quién se quedaba de gobernador interino.
Era una pelea del Ejecutivo contra el Legislativo usando al Judicial como juguete porque cada uno sacaba sus resoluciones favorables. Lo que hubiera sido una discusión jurídica se volvió una discusión política, pública. Las dos partes empezaron a querer imponer sus posiciones, sin atender lo que dispusiera la ley. La irrupción en el congreso de Nuevo León de supuestos ciudadanos inconformes nos recuerda a la historia vivida en el capitolio con Trump y esas medidas para cualquier constitucionalista son una verdadera vergüenza. El Congreso de Nuevo León no estaba dispuesto a ceder su derecho a designar al Gobernador Interino, por su parte Samuel tenía muy claro que si no dejaba un sucesor a modo prefería no abandonar el cargo y no ser candidato a la presidencia. Finalmente, unos minutos antes de que iniciara el 2 de diciembre de 2023, nadie sabía que pasaría, Samuel publicó un video en el que aseguraba tener todo bajo control, que contaba con los instrumentos legales para imponer al gobernador interino. Sin embargo, llegó una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que dejó ya todo en claro, el Gobernador sería designado por el Congreso. Samuel valoró sus aspiraciones presidenciales frente a los problemas que tendría al dejar el Gobierno de Nuevo León en manos adversas, finalmente le pudo más el miedo que las ganas y decidió que antes de dejar a la oposición al frente prefería quedarse. El papel de víctima es muy atractivo como bandera, el público se la compra fácilmente y la gente opina sin saber lo que dice la ley. Los comentarios en redes no modifican la ley y los likes no son votos reales.
Fuente: Milenio