La participación ciudadana en el combate a la corrupción es esencial, así lo ha plasmado el diseño del Sistema Nacional Anticorrupción y los Sistemas Estatales. En ellos se coloca al ciudadano como el principal afectado por la corrupción por lo que se le incluye en el diseño estructural del Sistema Anticorrupción colocándolo incluso en el papel de presidente del comité coordinador, el cual se encuentra integrado por las autoridades que naturalmente están abocadas a combatir la corrupción desde la prevención, detección y sanción de esta.

Para lograr combatir la corrupción desde la ciudadanía es necesario la organización ciudadana, tener estructuras operativas que permitan la comunicación en dos vías a través de la cual se recojan las opiniones, sentires, ideas y propuestas de la sociedad se pongan en conocimiento de las autoridades y se retroalimente con acciones y respuestas significativas.

La ciudadanía debe ser vigilante, pero para ello necesita estar debidamente informada, no se puede vigilar lo que no se conoce, siendo así la capacitación en temas de transparencia, rendición de cuentas e integridad, indispensable para tener en cada ciudadano un vigilante del gobierno. No se trata de convertir en auditores, inspectores y fiscales a todas las personas, pero sí es necesario tener la responsabilidad de exigir transparencia, claridad y congruencia entre lo que declara el gobierno y lo que verdaderamente hace y para ello la forma ideal es la actuación en redes ciudadanas.

Necesitamos interesarnos en lo que hace el gobierno, porque lo hace con el dinero de nuestros impuestos, que le conferimos para administrarlo en favor de todos, no para desviarlo en sus fines particulares. Si no nos interesamos les dejamos la cancha libre para que nos metan todos los goles que quieran, el verdadero contrapeso del gobierno debemos ser los ciudadanos, es nuestro deber y salvación estar interesados, estar presentes, exigir rendición de cuentas, levantar la mano cuando se detecten mentiras y falsedades.

Estamos muy cansados de la corrupción, de las mentiras del gobierno, de las incongruencias, pero dentro de nuestro cansancio va una resignación aplastante, a que así ha sido y así será, y no hay manera de cambiar nuestro destino ni como país ni como humanidad. Sé íntegro en tu espacio personal, familiar, laboral, desdeña la mentira en cualquiera de sus presentaciones, señala las incongruencias, no toleres la corrupción, no te sientas ajeno a los problemas de México, busca informarte, interésate en los temas públicos y sobre todo involúcrate. Vamos juntos a limpiar esta casa, porque es el lugar donde vivimos y no es justo que sea un cochinero, porque somos más los buenos que los malos, solo nos falta organizarnos mejor y ejercer una verdadera participación ciudadana.

Fuente: Milenio