Las mujeres jornaleras y sus exigencias, han sido histórica y estructuralmente invisibilizadas, discriminadas por su género, su color de piel y hablar su idioma, enfrentándose permanentemente a condiciones adversas. En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional Agropecuaria 2017 (ENA), solo 3 de cada 10 mujeres que se dedican al trabajo agrícola recibe un salario 1 y 9 de cada 10 mujeres no tienen acceso a servicios de salud cuando van a trabajar a los campos agrícolas, lo que las pone en situaciones de alto riesgo especialmente en lo que respecta a su salud sexual y reproductiva.
Ya que los espacios públicos han sido tradicionalmente ocupados por los hombres, aquellos proyectos que buscan contrarrestar la exclusión sistémica de las mujeres como sujetas políticas y que tienen como objetivo amplificar sus voces cobran gran relevancia. Este es el caso de la campaña #EllasHablan impulsada por el proyecto Periplo, misma que tiene como objetivo dar rostro y voz a las historias de mujeres jornaleras. La iniciativa reúne 10 poderosos testimonios a partir de entrevistas realizadas a mujeres de Guerrero y Oaxaca los dos estados con mayor expulsión de jornaleras y jornaleros; Baja California, uno de los estados con mayor recepción por contar con infraestructura para la gran producción comercial y San Luis Potosí cuya producción tiene como principal fin el mercado nacional. #EllasHablan refleja el papel de las mujeres trabajadoras agrícolas como agentes de cambio en sus comunidades y en el sector.
#EllasHablan pone al centro la importancia de escuchar de viva voz las violencias que enfrentan en los campos agrícolas, cómo estas difieren de la situación de los hombres jornaleros y sus exigencias para que la industria y las personas consumidoras reconozcan la importancia de su trabajo y llama a actuar para garantizar sus derechos humanos y laborales.
Los testimonios nos permiten escuchar las reflexiones acerca del trabajo que realizan en los campos y el vínculo que tienen con la reproducción de la vida, y conocer, en primera persona, las batallas que enfrentan en los roles que desempeñan como madres, hijas, hermanas, esposas y trabajadoras; papeles que habitan de manera cotidiana y que, por lo tanto, implican que realicen labores de cuidado, además de jornadas demandantes en los campos. Todo esto, mientras se enfrentan a agresiones institucionales, violencias y violaciones sexuales, verbales, psicológicas y emocionales.
La iniciativa busca amplificar las voces de las mujeres jornaleras y desafía un sistema que no les ha dado lugar para que sean ellas quienes nos cuenten sus historias de vida.
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