Quiero agradecer mucho, muy sinceramente y con mayor razón que nunca, a quienes han hecho posible la realización de este Décimo Seminario Internacional de la Red por la Rendición de Cuentas: corrupción y política en América Latina; pesos sin contrapesos. Gracias doctora Morales, gracias a todo el equipo del Instituto de Investigación en Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción.
Gracias a las agencias internacionales que siguen confiando en nuestro trabajo: la agencia de cooperación alemana GIZ, la fundación Friedrich Ebert Stifung, el World Justice Project y por supuesto Amexcid. Muchísimas gracias por su confianza y su respaldo. Y de manera muy destacada, le agradezco al INE y al INAI: estas dos instituciones emblemáticas de la democracia mexicana. El mascarón de proa de nuestra lucha en defensa de la verdad, del diálogo plural y de la exigencia cotidiana de nuestros derechos políticos.
Digo que hoy vale más su respaldo, porque este seminario se realiza en el marco de la Feria Internacional del Libro, en la Universidad de Guadalajara y con la colaboración del CIDE, FIL, UDG (con el apoyo del INE y del INAI): ¡vaya mezcla! Las instituciones han sido más estigmatizadas por la presidencia de la República, como si fueran territorio enemigo y abominable. Por eso, su presencia esta mañana y en el arranque de este seminario es, a un tiempo, un gesto inequívoco de solidaridad y también de rebeldía ante los excesos y el abuso del poder público. El solo hecho de estar aquí es un refrendo simbólico de los contrapesos que necesita nuestra desgastada y vilipendiada democracia para sobrevivir. Sé los agradezco en todo lo que vale. Y hoy vale muchísimo.
A propósito de este clima de estigmatización y linchamiento contra las instituciones nacionales que convocan a este seminario, que me siento en la obligación moral de referirme a un punto en particular que tuvo un nuevo clímax el mates pasado, en la conferencia mañanera del señor presidente de la República. Subrayo que me refiero a él en particular: al presidente mexicano; Andrés Manuel López Obrador, no a su gobierno, ni a su partido y ni siquiera al círculo más cercano de sus colaboradores, porque no creo en las generalizaciones; en ninguna. Yo no veo etiquetas ni estereotipos ni poblaciones abstractas sino seres humanos de carne y hueso y ciudadanos con nombre y ética propia.
La campaña de desprestigio de la que estoy hablando la encarna y la sostiene Andrés Manuel López Obrador, el presidente, quien el martes pasado volvió a decir que el CIDE- la institución que hizo nacer a la Red por la Rendición de Cuentas y que albergó a nuestra comunidad de investigación hasta que nos mudamos a la UDG en el 2020 -; Fue él quien dijo, otra vez, que todos los investigadores del CIDE habíamos sido partidarios del neoliberalismo y todos habíamos sido aliados de las peores prácticas del país. Dijo, otra vez, que habíamos cayado como momias ante el saqueo y la corrupción de los gobiernos anteriores. Lo dijo el marte una vez más, para difamar a esa casa de estudios y para calumniar a quienes hemos trabajado en ella.
El diccionario de la Academia de la Lengua define la palabra calumnia como una “acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño”. Y eso fue lo que hizo otra vez el presidente, el martes pasado: mintió de manera deliberada para causar daño.
Dado que este seminario ya es, en si mismo, un acto de rebeldía, quiero aprovechar este momento para demostrar que las palabras del presidente López Obrador son en efecto una calumnia. Y conste que hablo por mí, porque hay mucho miedo en la comunidad académica. ¿Qué no dijimos nada? ¿Qué nos quedamos callados ante la opacidad y la corrupción de los gobiernos anteriores? Falso. Yo entré al CIDE en el año 2003 con esta misma agenda de investigación sobre transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción, después de haber trabajado para el IFE siete años y de haber formado parte de la comisión de fiscalización de aquella época de finales del siglo XX, que entre otras cosas, denunció y documento el llamado Pemex gate y el caso conocido como Amigos de Fox, entre muchos más.
Y desde el CIDE y desde principios del siglo XXI, jamás hemos dejado de documentar y denunciar la corrupción, la opacidad y los abusos del poder político. Traje pruebas, por eso esta esta mesa a mi derecha, libro de Transparencia hecho desde los primeros momentos de las reformas que llevaron aquellas reformas de transparencia de principios justamente del 2003, el Estudio de la Estructura de la Rendición de Cuentas en México que fue el primer motor para la discusión sobre la necesidad de la construcción de un Sistema Nacional Anticorrupción, traje libros sobre ética pública publicados incluso junto con el gobierno de la Ciudad de México, que paradoja, denunciando la ausencia de ética pública, traje los libros relativos al gobierno abierto, una vieja agenda de denuncia a la opacidad de los gobiernos anteriores que durante muchos años trabajamos conjuntamente en este marco, Qué tan público es el espacio público en México, una vieja demanda de la Red por la Rendición de Cuentas, qué es la democracia, cuál es su principal exigencia, hacer más público lo público, traje las pruebas, son muchas, perdonen que lo haga así pero era necesario, de la denuncia que hicimos de Procampo, en Procampo había corrupción, se volvió noticia como todos ustedes recordarán, fue esta red y fuimos nosotros desde el CIDE quienes documentamos, junto con Fundar, y junto con otras organizaciones, que se estaban robando el dinero los gobiernos estatales y federal con el cuento de que estaban ayudando al campo, aquí están las pruebas, aquí están los estudios y por cierto, públicamente también están las denuncias, las más de 350 denuncias que presentamos ante las autoridades federales en contra de la red de corrupción en el campo mexicano. Hacia una política de rendición de cuentas por la Auditoría Superior de la Federación en la que denunciamos la fragmentación de las instituciones públicas del país y la necesidad de que esa fragmentación fuera combatida en serio desde las instituciones. Hablamos también de la derrota de nuestras esperanzas democráticas por los juniors de la democracia, así le llamamos, a los herederos de aquella generación que produjo la transición a la democracia y que después la traicionó, aquí están los libros publicados sobre la necesidad de corregir las políticas públicas del país para evitar la corrupción sobe la base del reconocimiento explícito de las necesidades del pueblo más pobre, por cierto, reconociendo y haciendo nuestro el lema del gobierno actual que no nació con este gobierno, por el bien de todos primero los pobres se acuñó en los años 80 en el gobierno de Tabasco de don Enrique González Pedrero. Aquí están las pruebas de nuestra pugna por el servicio profesional de carrera y la evidencia de todo lo que fuimos haciendo a lo largo de una serie de documentos publicados por la Red por la Rendición de Cuentas en los que se ha ido documentando uno por uno los problemas de la corrupción de este país desde hace por lo menos tres lustros. Aquí están las pruebas sobre la necesidad de defender y de modificar los programas sociales del país, la desigualdad de trato en el diseño del gasto público federal mexicano, estudios hechos a fondo con todos los elementos de juicio para demostrar como había un sesgo en la designación de los recursos públicos del país en contra de las personas más vulnerables. Aquí están las propuestas de rendición de cuentas, normas, instituciones, participación ciudadana, los libros titulados Desiguales, invisibles y excluidos que no reconocemos a los invisibles, este es el único estudio que en esa materia se publicó en aquellos años demostrando que los programas públicos estaban sesgados y que debían corregirse porque eran una prueba de la corrupción que había en este país.
Me estoy alargando demasiado, hay mucho hay evidencia de que fue esta red la que produjo el primer momento de parlamento abierto de la historia moderna de México, gracias al parlamento abierto de la historia se redactó, me desmentiría Blanca Lilia Ibarra, se redactó desde la Red por la Rendición de Cuentas la Ley General de Transparencia que hoy está vigente y se diseñó el Sistema Nacional de Transparencia que hoy está vigente, fue desde la Red por la Rendición de Cuentas por todos estos estudios, ya no los quiero agobiar con más, que se diseñó y se planteó ante el Congreso la necesidad de establecer el Sistema Nacional de Corrupción, el Sistema Nacional de Combate a la Corrupción justamente a la luz de la evidencia que fuimos reuniendo a lo largo de los años, para ser momias, somos unas momias muy ruidosas, no es verdad todo lo que ha dicho el presidente López Obrador, todo esto desdice las calumnias del presidente. No espero que rectifique, porque nunca lo hace. Y tampoco se lo pediría, porque de sobra sé que no escucharía. ¿Cómo iba a escuchar a un profesor de la UDG y del CIDE, que además trabajó en el IFE? Imposible. Los abrazos son para otros.
Pero sí creo, con tal convicción, que no debemos aceptar que el hombre más poderoso del país abuse de su condición sin respuesta y sin resistencia. Eso no, porque ese abuso sistemático del poder es, precisamente, la causa original y eficiente de la corrupción. Nosotros denunciamos y enfrentamos la corrupción de todos los gobiernos desde los años 80 (y desde antes). De todos, sin excepción. Y que se sepa, también, que lo vamos a seguir haciendo igual, con la misma honestidad y la misma autoridad moral que reivindicamos y a pesar de la furia presidencial.
Bienvenidos y bienvenidos a este seminario, que sea para el bien de México.