El pasado 15 de diciembre, 82 de los 84 los Ayuntamientos del estado de Hidalgo, tomaron posesión y rindieron protesta de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen, culminando así el proceso electoral establecido para el relevo de estos órganos de gobierno.

La renovación civilizada de los Ayuntamientos conforme a las reglas electorales, tiene un gran valor democrático. La planilla de candidatos que por voluntad política ganó mayoritariamente el voto ciudadano, debe interpretar el triunfo como una muestra de confianza que conlleva la esperanza que se gobierne y administre el patrimonio, los recursos públicos y los destinos del municipio, de acuerdo a las promesas de campaña y a los principios de dignidad y probidad social, necesarios para dar credibilidad a la política y hacerla voluntad soberana del pueblo, y no la captura del gobierno.

Al respecto, en anteriores entregas de Perspectiva formulé varias propuestas, por lo que, aprovechando el inicio de los nuevos gobiernos municipales, ofrezco a continuación un recuento a manera de pronta referencia.

En su desempeño los Ayuntamientos en deberán mostrar un conocimiento profundo de la realidad política, económica y social municipal, de sus problemas y de sus prioridades; y tener un firme compromiso de ejercer el poder público a partir del propósito de universalizar el Derecho Humano al Buen Gobierno Municipal.

Con esto en mente, deberán hacer de la participación ciudadana horizontal y asociativista, una condición y forma de gobierno donde las estructuras institucionales y los servidores públicos trasciendan, por salud del gobierno, a una nueva ética pública de transparencia y probidad, capaz de mostrar integridad pública y política, mediante prácticas de Gobierno y Cabildo Abierto.

Estas premisas para cambiar el proceder y articular una nueva forma de gobernar, deberán encontrar sustento en una planeación democrática, que cuestione las asimetrías del ejercicio público y la verticalidad institucional; y replantee, reestructure y encauce con una nueva visión, el paradigma de una Nueva Gobernanza que establezca la participación ciudadana como columna vertebral del ejercicio de gobierno.

Operar este modelo, reclama que los Ayuntamientos impulsen cambios e implementen medidas que respondan a una realidad, que no encuentra su correlato con la tradicional forma de gobernar, ya que seguir gobernando como hasta ahora sería perder el tiempo. Para salir adelante se necesitan nuevas reglas que regulen nuevas relaciones sociedad-gobierno.

Otra propuesta que formulé fue que los Ayuntamientos conformen un Consejo Ciudadano para el Desarrollo Municipal (CCDM), la creación de una Comisión Edilicia en la materia, y el correspondiente Reglamento, en un marco que coloque al ciudadano en el centro de las prioridades del desarrollo humano con dignidad; norme la convocatoria para la participación ciudadana libre, abierta y plural; y organice y oriente la presentación de iniciativas y propuestas concretas de interés público.

Asimismo, es preciso que acuerden una Agenda Estratégica Integral, que despierte una mayor conciencia sociopolítica y genere interacción pública para una planeación municipal. La deliberación pública que se provoque, debe enfocarse a construir propuestas, programas e iniciativas sobre temas de interés público como la estabilidad económica, el comercio, el empleo, la superación de la pobreza, el combate a la corrupción e impunidad, la transparencia, la rendición de cuentas, las formas de resolver las cruentas asimetrías del ingreso de la población, la precariedad de los servicios como la recolección de basura, la infraestructura y equipamiento urbano y rural, así como el acceso popular a la salud, la seguridad pública, la educación y la cultura.

Esta interacción pública y política hace posible el conocimiento de muchas cosas y permitirá sumar el trabajo y la solidaridad social para preservar las condiciones de gobernabilidad; y facilitará impulsar la suscripción de un Acuerdo de Reestructuración Política que edifique un Pacto Social para una Nueva Gobernanza, donde la voluntad y el compromiso del pueblo y del gobierno, es el principio transversal del quehacer público que forja nuestra convivencia al amparo de nuevas reglas; consolida nuestro proceso democrático; y fortalece nuestra institucionalidad.

Los Ayuntamientos no pueden dejar de considerar que la vida de nuestras sociedades ha cambiado con el surgimiento de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC’s). El internet y las redes sociales, han fomentado la libre expresión de ideas, anhelos y aspiraciones; la convocatoria y organización de acciones cívicas y políticas; la participación en diálogos globales, nacionales o locales; una mayor cobertura educativa; y el surgimiento de una ciudadanía mejor informada y más participativa, exigente y crítica.

En este contexto, el Ayuntamiento como estructura histórica de acción política ciudadana, no puede perder potestad ni sentido. Por el contrario, debe potenciar nuevas vías de entendimiento público para que la acción ciudadana, encuentre el cauce democrático extraviado en una nueva era de ejercicio de gobierno horizontal y de gobernanza asociativista.

Los Ayuntamientos deben convertirse en el eje del desarrollo social, político, económico y cultural, y ser el centro neurálgico donde se construyan las condiciones de gobernanza y gobernabilidad democrática que fomente la convivencia armónica de la sociedad, facilite la participación ciudadana, y sustente la construcción de una nueva relación entre sociedad y gobierno, capaz de recobrar la credibilidad y confianza del pueblo en sus instituciones.

En este sentido, propusimos impulsar una reforma administrativa para actualizar el marco regulatorio; establecer sólidas y funcionales estructuras administrativas; promover la innovación y modernización financiera; organizar un servicio público profesional; desarrollar aptitudes y capacidades para administrar de manera racional, eficiente y ordenada la aplicación de los recursos materiales, financieros y presupuestales, que los gobiernos federal y estatal transfieren para el desarrollo municipal; y vigilar la ejecución armónica y equilibrada de las obras y acciones que impulsen el desarrollo político, económico, social y cultural de las comunidades y agrupamientos de población, que conforman el Municipio.

Considero que las propuestas formuladas constituyen elementos centrales para que el Ayuntamiento, como orden de gobierno, edifique un Nuevo Modelo de Democracia Participativa, una Nueva Relación Sociedad-Gobierno, y mecanismos, formas y prácticas que consoliden una robusta gobernanza y una sólida cultura cívica mediante la reglamentación del derecho a la participación ciudadana y vecinal reconocido en el artículo 115 constitucional.

Agenda

  • ¡Esto no es Dinamarca!, “… es evidente que el gobierno de López Obrador fracasó en su manejo del Covid-19. Nunca les importó controlar el número de contagios. Tampoco minimizar los muertos. Su prioridad fue la no saturación de los hospitales públicos y privados. Pues ni eso lograron. Un fracaso total.” (https://bit.ly/3h1C2S2). En México al 18 de diciembre hay 1’301,546 casos confirmados y 117,249 defunciones. Que domar al COVID ni que ocho curtos, el sistema de salud está a punto de colapsar, no haya camas, ni insumos, ni equipos médicos.
  • Me permito desearles que pasen unas felices fiestas de fin de año, estaré de regreso en la segunda quincena de enero. Sigamos cuidándonos.

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