Hasta el momento los ciudadanos desconocemos cómo procederá el Congreso del Estado para nombrar a los vecinos del municipio que integrarán los Concejos Municipales Interinos.

Dentro de 27 días deberán rendir protesta del cargo y asumir la responsabilidad de gobernar cada uno de los 84 municipios de la Entidad.

Este asunto no es irrelevante, preocupa la desatención del Congreso del Estado porque revela no sólo un síntoma, sino una manifiesta inactividad y falta de compromiso que parece no tener remedio.

Resulta lamentable que el Congreso del Estado de Hidalgo no haya ejercicio su facultad discrecional para designar a los Concejos, porque golpea severamente la democracia y daña la elección de Ayuntamientos, programada para el 18 de octubre.

Semejante omisión evidencia que como representantes populares, no tienen la más remota idea del compromiso que significa el cargo que ostentan. Es un hecho político deplorable que trastoca las fibras más sensibles de la gobernanza activa de la ciudadanía y deja en indefensión a un orden de gobierno, -los Concejos Municipales-, que interinamente, -hasta en tanto se celebre la elección de Ayuntamientos-, presidirán los municipios que son la base de la división territorial y de la organización política y administrativa del Estado.

Esta negligencia es inadmisible. Las responsabilidades que asumirán los Concejos Municipales no son menores. Su labor es de vital importancia porque se relaciona con el manejo de planes y programas sociales, con el ejercicio de los presupuestos destinados a ampliar el horizonte de oportunidades, y con preservar las condiciones de gobernabilidad y paz social.

El desamparo político de los Concejos Municipales, propiciado desde el Poder Legislativo, es una derrota política que fractura el espíritu y esencia de su estructura operativa de cercanía ciudadana. Es un orden de gobierno, donde el pueblo interactúa directamente en la función pública, y genera una intensa relación de acción gubernamental, que vincula las esferas estatal y federal.

Preocupa que un órgano de poder como el Legislativo, se constituya en antítesis democrática de su pueblo, y genere incertidumbre y disfuncionalidad en las estructuras político-administrativas municipales, cuando lo que se necesita es armonizar las expectativas de desarrollo humano y trazar condiciones que concreten una planeación sustantiva y fortalezcan la inteligencia institucional, para potenciar la dinámica social.

La incertidumbre, disfuncionalidad, inactividad e impericia del Congreso, causarán en la ciudadanía condiciones de desánimo y apatía; ocasionarán que la fuerza de los Concejos se diluya en detrimento del desarrollo de nuestra democracia; provocarán que se pierda el respaldo de una respuesta social capaz de operar un proceso ampliado de gobernanza; y arriesgarán las condiciones de gobernabilidad ante la carencia de resultados de la tarea pública.

Esta desastrosa situación se replicará al interior de los Concejos Municipales Interinos, porque los vecinos que se nombren, no conocen las responsabilidades, funciones, atribuciones, procesos de gestión y operación del cargo que ostentan, lo que les impedirá tomar decisiones racionales, eficaces y eficientes.

Las consecuencias de la parálisis del Congreso será un estigma para el ejercicio de los próximos Ayuntamientos, porque tendrán que trabajar con un Programa Operativo Anual 2021, un Presupuesto de Egresos 2021 y una Ley de Ingresos Municipal 2021, desarrollados con las limitaciones que tienen los vecinos del municipio que de un día para otro, se les encarga irresponsablemente una tarea para la que no fueron preparados, por eso, estos importantes instrumentos político- económicos, no podrán respaldar ni concretar un ejercicio de gobierno que ofrezca las respuestas y resultados que recobren la confianza y credibilidad de la sociedad.

La anomia política, la estulticia y la indolencia del Poder Legislativo reflejan no sólo el precario cumplimiento de su deber, sino el nulo ejercicio de la voluntad política del pueblo que les encomendó su representación; crítico escenario al que hoy se suman los conflictos provocados por estrategias erradas en la atención de las pandemias sanitaria, económica y de seguridad.

Frente a este escenario antidemocrático, resulta aberrante que nuestros flamantes diputados declararon el 16 de febrero de cada año, como “Día de la Participación Ciudadana en el Estado de Hidalgo” con el propósito, dijeron, de promover e impulsar mecanismos de participación ciudadana.

¿Sabrán que la ciudadanía exige participar en la toma de decisiones del quehacer público y requiere estar informada con transparencia de las actividades legislativas, gubernativas, administrativas y operativas, que implican el manejo de recursos públicos, el ejercicio del poder político y la certeza que la rendición de las cuentas corresponda a la realidad?

La ciudadanía reclama participar en una gestión pública que garantice el Derecho Humano al Buen Gobierno; demanda el diseño y operación de una verdadera Política Pública de Fomento a la Cultura Cívica y a la Participación Ciudadana; que impulse la cocreación en la tarea gubernamental y reoriente desde la inteligencia social, las virtudes y principios valóricos del asociativismo, en consonancia con la inteligencia institucional.

Deberían ocuparse en desarrollar una política pública que como lo propongo en Perspectiva: “…articule un Sistema Municipal de Cultura Cívica y Participación Ciudadana (SMCCyPC), que permita el flujo de demandas sociales concatenadas con acciones de atención gubernamental; que establezca un enfoque transversal en todos los procesos, prácticas, acciones, niveles, formas y actores involucrados en el quehacer público; que construya una nueva relación sociedad-gobierno; que consolide una Nueva Gobernanza; y que edifique un nuevo modelo de democracia participativa, que reconozca en la LOM el derecho constitucional de participar y de operar mecanismos reales, articulados a los proyectos de un gobierno de proximidad que atiende las aspiraciones de la población.” (https://wp.me/p1JSMG-xk)

Nuestro sistema político y de gobierno tiene muchos pendientes: rendición de cuentas, impunidad, falta de transparencia, ineficaz combate a la corrupción, pobreza, marginación, desigualdad, la construcción de un nuevo marco de relaciones entre el gobierno federal, los estados y los municipios, y ahora, se agregan la crisis de salud, la económica, el desempleo y la creciente inseguridad.

Señoras y señores diputados, no propicien condiciones que alienten la ingobernabilidad.

Agenda

  • La Dra.Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Odontología de la UNAM en su artículo “El fiasco del siglo” expresó una fuerte crítica a la acciones del Gobierno Federal contra el COVID-19 que ya rebasó las 50 mil defunciones: “…Nuestras autoridades deben ajustar la estrategia. El precio de su vacilación y pusilanimidad, para actuar con rapidez y contundencia al inicio de la pandemia, se está pagando con el sufrimiento y la vida de muchos mexicanos. Ahora tienen la obligación cívica y moral de rectificar el rumbo y tratar de resarcir el daño, salvando el mayor número posible de vidas…” (https://bit.ly/2DQ1w5f)

Por Esteban Angeles Cerón

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