La pandemia ha expuesto varias situaciones críticas que permanecían latentes en América Latina. La enorme magnitud de la migración interna de la región es una de ellas. Una realidad invisible en su magnitud y drama social cotidiano. Millones de personas han dejado su país buscando mejores oportunidades en otro país, y así como los países no estaban preparados en el momento de la expulsión y salida de sus connacionales, tampoco lo estaban para un retorno repentino, ahora agravado por la COVID-19. Esos retornantes son de los que han quedado más desprotegidas en el contexto actual, sin oportunidades en el país que los recibió ni una bienvenida digna en su país de origen, atrapados entre la miseria y la pandemia.

Las historias no solo son solo de venezolanos, que es el grueso de la diáspora de la región. Ocurren también con bolivianos y peruanos que emigraron por un trabajo quedaron varados en el país austral. También en Paraguay, donde temporeros que regresan de Argentina y Brasil esperan por semanas en los albergues a que los dejen ingresar.

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Fuente: Expansión