En entregas anteriores hemos referido que la Reforma Electoral, que aplica para la renovación de los Ayuntamientos el próximo 7 de junio en el Estado de Hidalgo, representa un avance en materia de representatividad y da origen a una nueva pluralidad de los Ayuntamientos, que implica para partidos, candidatos y ciudadanos, el compromiso de mostrar nuevas capacidades políticas.

Presidentes, síndicos y regidores deberán asegurarse que el ejercicio del quehacer público garantice el Derecho Humano a un Buen Gobierno; salvaguarde la gobernabilidad democrática; amplíe el conocimiento y la capacidad de entender el contexto sociopolítico, económico y cultural del municipio; y fortalezca la calidad de la democracia y de la ciudadanía.

Estos propósitos del ejercicio de gobierno municipal imponen enfrentar problemas originados por la distancia de la ciudadanía de los procesos de toma de decisiones públicas, la desconfianza en el cumplimiento de las normas, y el desencanto con los resultados entregados por las instituciones públicas.

La nueva pluralidad de los Ayuntamientos debe mostrar capacidades para armonizar la tarea pública y concretar un proyecto de gobierno vinculado a la horizontalidad en la toma de decisiones.

El hecho de que las regidurías de representación proporcional correspondan ahora preferentemente a las y los candidatos a presidentes municipales que encabezaron las planillas perdedoras, hará que la representación política del Ayuntamiento sea de mayor compromiso, pues tendrían su lugar asegurado en el Ayuntamiento y participarían de la toma de decisiones representando la voluntad de sus votantes, lo que permitirá conjuntar los esfuerzos comunitarios, transformar la dinámica social y hacer realidad el Derecho Humano al Buen Gobierno.

Es previsible que en el contexto de una nueva representación política, las y los candidatos electos, una vez constituidos los Ayuntamientos, apoyen el trabajo del Presidente Municipal y busquen oportunidades para impulsar, defender y concretar los proyectos y programas que promovieron como planillas durante las campañas proselitistas.

Estas prácticas parlamentarias, harán que el Ayuntamiento se erija como una figura de confianza ciudadana en el resguardo de los intereses superiores de la sociedad, reflejándose en el programa de gobierno y en la construcción de una Agenda Abierta donde los objetivos programáticos del bienestar y la equidad, deberán cobrar sentido y compromiso consensuado de realización pública.

El deterioro de las condiciones de bienestar y el bajo nivel de satisfacción con la democracia, es un hecho que no puede ser ignorado ni por partidos ni por candidatos, por eso es vital emprender una nueva era política comprometida a fortalecer la cultura cívica y la democracia y arecobrar el apoyo social, la credibilidad y la confianza en los actores políticos para que el imaginario colectivo los vuelva a concebir como conductores de las necesidades sociales.

Para lograrlo, deben desterrarse los abusos, la corrupción e impunidad, el déficit de concreción del quehacer público, la disfuncionalidad institucional y las luchas estériles entre las fracciones edilicias, que han impedido construir relaciones políticas armónicas, acuerdos y entendimientos.

Tampoco pueden olvidar que la falta de probidad provoca desconfianza, nulo apoyo ciudadano y una creciente exclusión social; y que la precaria operatividad administrativa ocasiona bajos niveles de funcionalidad y falta de profesionalismo de los servidores públicos en la atención de la respuesta social que demanda eficacia y eficiencia.

Empero, también la sociedad civil atraviesa por un significativo decremento de su cultura y conciencia política. Los análisis de ENCCIVICA y de Latinobarómetro, por citar algunos estudios en materia de democracia en los últimos 20 años, señalan: “Los mexicanos no participan ni se interesan por la cosa pública y no conocen las responsabilidades de los poderes públicos. La apatía, el desinterés y el desencanto con la democracia, coinciden con el estancamiento económico, el crecimiento de la pobreza, la falta de expectativas, la violencia, la delincuencia, la corrupción y la impunidad. Hay una gran desconfianza en los servidores públicos y un bajo grado de aprobación de los partidos políticos y de los representantes populares.”

Es necesario que candidatas y candidatos comprendan que se vive un momento inédito del desarrollo democrático de los Ayuntamientos. Ello implica trazar sus propuestas desde el voto programático y vincularlas a una toma de decisiones horizontal, guiada a través de una intensa comunión Ciudadanía-Ayuntamiento.

La lógica del planteamiento anterior, destierra de las arenas políticas las prácticas verticales y el anquilosamiento de los Ayuntamientos porque han reducido a su mínima expresión la participación social, empobrecido la cultura política y enclaustrado la conciencia social, lo que mantiene en rigor mortis a la administración pública.

Reconocer esta realidad es muy importante para armonizar la estructura orgánica del Ayuntamiento, que al no ser una unidad administrativa-operativa eficaz, incide en la violencia social, provoca el desequilibrio sistémico y el desconcierto político que vivimos, porque los ciudadanos no encuentran respuestas a sus necesidades, ni se generan las oportunidades que se demandan.

Este proceso electoral tiene que crear las bases de un nuevo proceder político que haga de lo público una virtud ciudadana, donde la nueva pluralidad política delos Ayuntamientos, no tolere ni sea laxa con la corrupción y la impunidad y supere la precariedad política que ha flagelado a la sociedad a la que están obligaos a servir.

La nueva administración municipal exige candidatos y candidatas conocedores, actualizados, capaces y en constante preparación. La impericia no es una opción porque desvincula todo proceso científico del quehacer público y condena al Ayuntamiento al fracaso. No puede olvidarse el servicio civil de carrera, la certificación de capacidades, el gobierno electrónico y el gobierno abierto.

No debe subestimarse la verdad de la palabra ciudadana, herramienta vital para asegurar que la nueva pluralidad política del Ayuntamiento no se convierta en una realidad ajena, sino que sea voz vinculante de un gobierno de abajo hacia arriba.

El quehacer público no es un ejercicio ciego y vertical, por lo tanto, en la conformación de los nuevos Ayuntamientos, no puede repetirse la cruenta historia de impericia, corrupción e impunidad que cause en la ínsula de la conciencia ciudadana la negación de la nueva de pluralidad que hoy se pretende construir.

Agenda

  • El juzgado primero de Distrito de Oaxaca, concedió en un Juicio de Amparo una suspensión de oficio para que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador informe, sobre la “…falta de aplicación e implementación de medidas y acciones sanitarias; falta de una estrategia integral dirigida a prevenir las infecciones; y la falta de adopción de medidas de contención para detectar los casos de personas infectadas con el virus del COVID-19 y evitar su propagación en el territorio nacional

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