Evo Morales renunció este domingo a la presidencia de Bolivia luego de que las Fuerzas Armadas y la Policía le exigieran dejar el cargo, en medio de las protestas contra su reelección y el informe de la OEA sobre irregularidades en los comicios del mes pasado.

“Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, dijo Morales a través de la televisión, aludiendo a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra, desatadas el día siguiente de los comicios del 20 de octubre.

“Mi pecado (es) ser indígena, ser cocalero”, afirmó, agregando que su renuncia “no es traición a los movimientos sociales”, pues “la lucha sigue”.

“No tengo por qué escapar, no he robado nada”, dijo también Morales, de 60 años…

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