El gasto federalizado se refiere a los recursos que la Federación transfiere a las entidades federativas, municipios y demarcaciones territoriales de la Ciudad de México; en 2017 su importe ascendió a 1.9 billones de pesos, que significaron el 35.5% del gasto neto total, por lo que la gestión de una tercera parte de los recursos federales, corresponde a los gobiernos locales.


Estos recursos son transferidos mediante dos componentes, que son: el gasto federalizado programable o transferencias condicionadas, los cuales deben ser aplicados en los fines establecidos en la normativa correspondiente, y las participaciones federales, cuyo uso no está condicionado y son de libre administración hacendaria, conforme a lo que establezcan los presupuestos de egresos de las entidades federativas, municipios y demarcaciones territoriales de la Ciudad de México.


En 2017, el gasto federalizado programable tuvo un importe de 1,095.3 miles de millones de pesos, que representaron el 58.6% del total, mientras que las participaciones federales ascendieron a 772.4 miles millones de pesos, que significaron el 41.4%.


Esos recursos representan una proporción mayoritaria de los ingresos totales de los gobiernos locales, por lo que su importancia financiera y estratégica es relevante.


El 46.3% del gasto social del Gobierno Federal se financia con el gasto federalizado, ya que el 80.8% del gasto federalizado programable está clasificado en este rubro. Estas cifras destacan su importancia en el financiamiento de la política social del Estado.