Cierta perturbación en el inai, en sus Comisionados en particular, y en su presidente de manera especial, ha provocado el Presidente Andrés Manuel López Obrador con su dinámica de informar todos los días en las conferencias de prensa matutinas y los fines de semana en encuentros directos con la población en todas las entidades federativas.

Digo esto porque hasta el Comisionado Joel Salas, a quien reconozco una gran visión en su trabajo como integrante del Pleno del órgano garante de los derechos de Acceso a la Información Pública (DAIP) y de Protección de los Datos Personales (PDP) me da la impresión que no comprende bien a bien, o por lo menos se nota sorprendido del insólito y autentico ejercicio de rendición de cuentas que AMLO viene realizando.

Y precisamente por ello me parece conveniente plantear el tema aquí, para el debate.

Dice Andreas Schedler que el acountability se compone de dos “dimensiones básicas”, “la obligación de políticos y funcionarios de informar sobre sus decisiones y de justificarlas en público (answerhability).  Así como “la capacidad de sancionar a políticos y funcionarios en caso de que hayan violado sus deberes públicos (enforcement)”.

Que es exactamente lo que AMLO realiza vía declaraciones. Las que el Pleno del inai determinó, hace no mucho, que por ser del titular del Poder Ejecutivo vista la Oficina de la Presidencia como Sujeto Obligado, son actos de autoridad. Es decir que son “…cualquier hecho voluntario e intencional, negativo o positivo imputable a un órgano del Estado, consistente en una decisión o en una ejecución o en ambas conjuntamente, que produzcan una afectación en situaciones jurídicas o de hecho determinadas, que se impongan imperativa, unilateral o coercitivamente.”

Así, entenderíamos que toda declaración de todo titular de un sujeto obligado, sería un acto de autoridad, es decir que puede afectar una situación jurídica, en este caso la de obstaculizar o favorecer el acceso a la información pública.

Con ello es que el propio Comisionado Salas y el Comisionado Presidente, Francisco Javier Acuña, recientemente declararon que las solicitudes de información hacia la presidencia de la república se habían incrementado notoriamente y que, dijo el primero, prácticamente cada declaración del presidente en la mañanera provocaba una solicitud de información.

Hicimos una solicitud al propio inai para que documentaran esas declaraciones, por ser actos de autoridad, y la respuesta fue un absoluto silencio.  He procedido con el recurso de revisión, pero lo que se puede captar de inicio es que no tienen tales documentos, o no los quieren hacer públicos.

Debemos decir que la idea de tener esa información es formular una hipótesis para un trabajo de investigación académica, que podría plantearse de la siguiente manera: El ejercicio cotidiano del Presidente de la república en México, de rendir cuentas, vía declaraciones a la prensa en conferencias matutinas, ha motivado a sus opositores a realizar solicitudes de información e interponer recursos de revisión como ejercicios de sanción.

Seguro hay que revisar y en su caso corregir la hipótesis, pero el hecho de que la variable independiente, consistente en las declaraciones del presidente, se correlacione directamente, por ejemplo con la variable del ejercicio del DAIP, nos tendría que llevar a reflexionar en cómo es que en nuestro país, informar “del estado que guarda la nación”, el 1 de septiembre conforme a la Constitución Federal, fue en realidad una farsa, un acto de parafernalia, de protocolo; y que es posible con esta forma de actuar del actual presidente, que se pase a una auténtica rendición de cuentas.

Ha insistido el Comisionado Salas, en su más reciente capsula llamada “Transparencia total y el 1er. Informe”, en datos como el que contra la propia Presidencia de la República se han interpuesto “314 recursos de revisión”, es decir que ese número de veces las personas que realizaron las solicitudes de información se inconformaron con la respuesta recibida o de plano la no respuesta.  Me gustaría hacer otra solicitud de información al inai sobre esto último, pero me temo otro lamentable silencio.

El caso es que, insisto por motivos académicos, me interesa el tema porque, mediáticamente esto ha sido sobreexplotado.  Por ejemplo, se hizo mucho ruido porque la Presidencia de la República no entregó a un solicitante, declarando inexistencia, el documento firmado por el Presidente de que no se reelegiría.  Acto continuo, procedió nuevamente a firmarlo con la presencia de un notario y entregarlo vía el inai.  Así el efecto mediático que le podría ser desfavorable en la opinión pública, se revirtió.  O por lo menos así podemos entenderlo al mirar que diversas encuestas señalan que López Obrador llega al 1 de septiembre, con una aceptación de prácticamente un 70%.

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