La costumbre de iniciar cada sexenio con el fincamiento de responsabilidades a algún “pez gordo”, para dejar de manifiesto el interés del nuevo gobierno por terminar con la corrupción en el país sigue de moda. Basta recordar algunos casos emblemáticos como la captura de Joaquín Hernández “La Quina” líder del Sindicato de Trabajadores de Petróleos de la República Mexicana.; en el sexenio de Ernesto Zedillo, el “pez gordo” fue Raúl Salinas de Gortari acusado de ser autor intelectual en el asesinato de José Francisco Ruíz Massieu.

Con el inicio del periodo de Felipe Calderón tocó el turno a Raúl Muñoz Leos, Director General de Pemex en el sexenio de Vicente Fox, inhabilitado por 10 años para trabajar en el gobierno. Al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto, la inculpada fue Elba Esther Gordillo, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y opositora a la Reforma Educativa que se había aprobado días antes de su detención.

El sexenio que está iniciando con el presidente Andrés Manuel López Obrador, no es la excepción, y ya tiene sus peces gordos también: Emilio Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos, quien ha sido acusado de recibir dinero de la empresa Odebrecht para financiar la campaña de Peña Nieto a cambio del otorgamiento de contratos con la empresa paraestatal y, Alonso Ancira Elizondo, presidente de Altos Hornos de México también vinculado a actos de corrupción con Pemex y Odebrecht.

La constante en todos los casos de sexenios anteriores es que de alguna u otra manera, los inculpados han salido relativamente bien librados de sus acusaciones. Esto pone en duda la eficacia del aparato de justicia en nuestro país y exhibe el interés político detrás de las detenciones y de la integración de los casos para las detenciones. Con el inicio de un nuevo sexenio se encienden de nueva cuenta estas alertas. Habrá que esperar a ver cómo se van dando los procesos, cómo se integran las investigaciones y qué resultados se obtienen al final.

La pregunta que sigue quedando abierta al hacer este breve balance es: ¿hasta cuándo se dejará de centrar la estrategia en capturar peces gordos? Es urgente concentrar esfuerzos en blindar a las instituciones, cerrar espacios de opacidad y garantizar que este tipo de acciones no se sigan reproduciendo una y otra vez con cada cambio de gobierno ¿Hasta cuándo apostaremos a un cambio de fondo?  


Liliana Veloz Márquez
Directora Ejecutiva
Red por la Rendición de Cuentas