El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha cumplido los primeros cien días como Jefe del Estado Mexicano, trazando las líneas de trabajo que le permiten sentar las bases de su proyecto de gobierno: la Cuarta Transformación de la Vida Pública de México.

El suigéneris golpe de timón institucional y las nuevas lógicas de hacer política, reflejan que ocho de cada diez mexicanos tienen una opinión favorable sobre el vertiginoso inicio de esta administración gubernamental. Punta de iceberg del poder orgánico del efecto López Obrador.

El análisis crítico plantea la necesidad de distinguir las visiones de los sectores público, privado y social ante el poder y liderazgo que ejerce el Primer Mandatario; cuya conducción política constantemente abre frentes de confrontación que hacen oscilar como péndulo los intereses políticos, económicos y sociales y desatan fuerzas que polarizan y dividen al país, que aún no encuentra el rumbo que lo devuelva al camino de la paz y la armonía social en un marco del desarrollo y de la seguridad humana.

A cien días de esta gestión, como termómetro de la salud sistémica, surgen interrogantes de fondo que exigen conocer si se han considerado los errores del pasado y elaborado un diagnóstico de los problemas nacionales; si se valora la influencia del gobierno en la generación de equilibrios políticos y económicos; o si se sabe qué pasa con las acciones que se anuncian y cuál es el impacto real de su concreción en el desarrollo de oportunidades sociales.

En esta tesitura, la retórica matutina del Presidente López Obrador, insiste en que la probidad de un gobierno honesto y el combate a la corrupción y a la impunidad son la esencia del desarrollo y progreso de la Nación, acciones acertadas pero que lamentablemente no se acompañan de la creación de espacios que propicien la deliberación y la interacción discursiva ciudadana en la construcción de una política pública anticorrupción.

La Caja de Pandora evidencia que faltan proyectos; licitaciones; permisos de SEMARNAT; la conformidad de MITRE para el aeropuerto de Santa Lucía; los planes de negocios y el programa de inversiones en PEMEX; resolver las contradicciones respecto a la refinería de DOS BOCAS; se insiste en realizar consultas públicas fraudulentas e ilegales y en proponer nombramientos de incondicionales, con posible conflicto de intereses y falta de perfiles idóneos.

Empero, esta es la lógica política que contiene la nueva forma de gobernar, cuya transformación tiene como telón de fondo la concentración del poder, en cuyo ejercicio se traza un trabajo gubernamental enfocado a fortalecer y consolidar una vasta base social, en la que se impactan básicamente a los adultos mayores, a los jóvenes sin trabajo, a los estudiantes y a los discapacitados.

Adicionalmente, impera una lapidaria forma discursiva que no admite crítica ni censura, o bien, obstaculiza el disenso como expresión política. En este contexto se registra el apoyo de una estrategia de comunicación y manejo de redes sociales que ha sido revelada en la investigación de Signa Lab ITESO, que está provocando una espiral del silencio ante los ataques a quienes disienten o contradicen las opiniones oficiales. (Democracia, libertad de expresión y esfera digital. Análisis de tendencias y topologías en Twitter. El caso de la #RedAMLOVE. https://bit.ly/2F6Lh22)

El escrutinio social no se basa en el conocimiento de cómo el gobierno concreta la tarea pública y trabaja para lograrlo, o saber si se realizan o no las acciones que se anuncian. La percepción de éxito del quehacer público sólo considera la innegable popularidad del Presidente de la República como piedra angular de cualquier medida, condición ciega que admite que las acciones gubernamentales se construyen a partir de la visión y preferencias del Poder Ejecutivo, sin importar el sentido programático y de planeación gubernamental requeridos para crear respuestas sistémicas, sustentadas en el diseño de políticas públicas y de estructuras orgánicas, programáticas y presupuestales.

Este escenario se ha afianzado ante medidas como la aceptación y prohíjo de los migrantes centroamericanos o la estrategia de combate al robo y tráfico de combustibles, que aun sin tener una mediana planeación, fue calificada por la ciudadanía como atinada y terminó dándole al gobierno un piso de legitimidad encomiable, pese al malestar causado ante el precario y difícil abasto de gasolina.

Las estimaciones mesuradas de crecimiento de la economía mexicana no superan el 2% anual del PIB, sin embargo, a pesar de que los datos duros no presentan mayores avances, el Presidente no se cansa de señalar que sí hay crecimiento económico, pero aún discreto, condición vinculada al quebranto técnico que aqueja a PEMEX, que se debe a las políticas neoliberales unidas a la corrupción, causales que el gobierno atenderá.

El Presidente López Obrador ha trascendido una álgida relación con el Consejo Coordinador Empresarial; ha sabido calmar las turbulencias del Aeropuerto de Texcoco y las sombras que han aquejado a la economía; los desencuentros con la oposición, se han procesado creando espacios de negociación política que han trascendido a la colaboración y aprobación de iniciativas legislativas; empero, mantiene abierto el enfrentamiento con las Organizaciones de la Sociedad Civil por las estancias infantiles y los refugios para mujeres maltratadas, ante lo que ha hecho oídos sordos.

Las relaciones internacionales no están ajenas a estas lógicas políticas, ya que mientras América Latina se ciñe por el Consenso de Washington, López Obrador ataca al neoliberalismo, al tiempo que defiende la institucionalidad económica solidaria, mesurada y austera, que busca equilibrar las finanzas públicas para devolverle al pueblo el patrimonio de la Nación.

Estas consideraciones en el marco de los cien días de ejercicio gubernamental, son el cimiento del año de blindaje ideológico y no atraviesan por los resultados numéricos, sino por un Modelo de Gestión Nacionalista, más allá de la lógica inmediata de la macroeconomía y la globalización.

Circunstancia que contrasta con la crudeza de los números y las alertas internacionales, cuyo análisis estructural indica que el escenario mundial en el que se inserta el país, no es halagüeño o favorable a las realizaciones que pretende alcanzar la Cuarta Transformación de la Vida Política de México, por lo que son percibidos como el pandemonio que desalienta los objetivos y las metas del gobierno del pueblo.

Lo tangible suele revestir la crudeza que nulifica la esperanza, pero la ilusión del porvenir suele crear ídolos de barro, ¿será esta la ocasión?

Agenda

  • La Cámara de Diputados aprobó la Reforma Constitucional para que el Presidente López Obrador pueda proponer la Revocación del Mandato que ostenta y para dar carácter legal a la Consulta Popular.

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